Saluda a todos. El Papa Francisco asistió a una reunión con organizaciones de trabajadores y representantes de cámaras y gremios empresariales, acompañado por el obispo de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres Campos, quien fue el primer mitrado de la diócesis de Gómez Palacio por seis años.
El Papa advirtió ayer que Dios le pedirá cuenta a los "esclavistas de hoy", en una dura crítica a la precariedad e ilegalidad laboral, a la mentalidad reinante que busca conseguir ganancias a cualquier costo.
Esto durante el encuentro que sostuvo con tres mil trabajadores, sindicalistas y empresarios en el Palacio del Deporte de esta ciudad, y que comenzó con un giro entre la multitud a bordo de un vehículo de golf.
Antes de tomar la palabra, el pontífice escuchó una introducción de Jorge Alberto Cavazos Arizpe, arzobispo auxiliar de Monterrey y asesor de la dimensión de pastoral laboral de la Conferencia del Episcopado Mexicano.
También oyó los testimonios de un matrimonio formado por Daisy Flores Gámez, secretaria, y Jesús Arturo Gurrola Varela, empleado.
"El lucro y el capital no son un bien por encima del hombre, están al servicio del bien común. Y, cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro, y el capital la única ganancia posible, eso se llama exclusión", dijo -por su parte- Francisco.
"Desgraciadamente, el tiempo que vivimos ha impuesto el paradigma de la utilidad económica como principio de las relaciones personales. La mentalidad reinante propugna la mayor cantidad de ganancias posibles, a cualquier tipo de costo y de manera inmediata", lamentó.
"Quiero invitarlos a soñar en México, a construir el México que sus hijos se merecen; el México donde no haya personas de primera, segunda o cuarta, sino el México que sabe reconocer en el otro la dignidad del hijo de Dios", ponderó el pontífice al finalizar el evento.