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¡PASIÓN!

JORGE GALVÁN

El domingo pasado al lado de mi querido hermano Rubén Darío y de mi sobrina Penélope, tuve la fortuna de ser uno de los 43 mil asistentes al evento taurino de muchos años, el mano a mano entre José Tomás y Joselito Adame, sobra decir que las expectativas sobre el acontecimiento eran altísimas y aun conocedores del viejo adagio de que cuando hay toreros no hay toros llegamos con verdadera esperanza de que esto no se cumpliera. Y los alrededores de la setentona más monumental cobraron vida como hace años no lo hacían, se dice que hace 20, a las 11 de la mañana los restaurantes aledaños lucían al tope, los vendedores hacían su pleno agosto en el esperado último día de enero de este año, la reventa cuadras antes de llegar a la Plaza ofertaban a precios exorbitantes "los últimos" que les quedaban, otros te interrumpían el paso buscando un huerfanito, se vislumbraban ya los partidismos, salían a relucir los viejos resabios de una conquista que no se olvida y de la que muchos se siguen lamentando, eso sí manifestándose como amantes de la fiesta y del hidrocálido Joselito, apócope castizo de José, aquello a esas horas era una auténtica babel, en la que se observaban españoles, franceses, colombianos, ecuatorianos, venezolanos y un despistado inglés que preguntaba por los pormenores de la parafernalia de la fiesta, conforme pasaron las horas posteriores al sorteo aquello era una auténtica fiesta, las filas para ingresar al viejo coso parecían interminables, un grupo reducido de anti taurinos se manifestaban a las afueras de la plaza, pidiendo que cayeran los muros de la Plaza e insultando y tildando de asesinos a cuanto aficionado o asistente pasaban por un lado, la prudencia de unos ante el insulto de los otros pudo haber llegado a más, ya que en un momento una de las antis arrebato de las manos un póster de José Tomás a una vendedora que respondió con certero recto a la quijada, las cosas por fortuna no pasaron a mayores la intervención de la policía y la advertencia por parte de éstos a los antis de no agredir hicieron que las cosas no pasaran a mayores, las boletas de Lamazón le dieron la victoria a la vendedora por KOT, representantes del arte en sus diferentes manifestaciones, pintores, actores, cantantes, fotógrafos, etc. se dieron cita para la fecha más esperada de la temporada.

Y ¡al toro! Por encima del ganado los toreros, en su primero Tomás tuvo momentos que calaron hondo ante un toro bien presentado, siempre fiel a su estilo, colocándose y aguantando entre los pitones, porfiado pero profundo, estuvo exigido como corresponde a las grandes figuras guarda, que no es lo mismo que rechazar, la oreja otorgada por el Juez, quien en esta ocasión resulto veloz para premiar, tomado como parámetro las exigencias que resultan de presidir en la México, el detalle de retirarse al callejón es algo que los nuevos aficionados ya no aprecian, y antiguamente el matador lo hacía como un acto de honradez y de respeto al público por su desacuerdo en la decisión, en su segundo con una sensación de menor peligro el público ya se mostraba impaciente por ver la faena que por fin rompiera el olé guardado, las cosas no se dieron con el estoque y dejaron aquello hecho una olla exprés, que reventó en su tercero, un ejemplar que cubría la edad y presencia para la lidia, pero de nuevo en una sorpresiva maniobra el jue que no aguanta las embestidas como Tomás decide devolver a los corrales para dar salida ¡Oh decepción! A un toro con menor presencia, protestado aunque no de manera fuerte por la concurrencia, con el público en contra el de Galapagar ofrece su interpretación de la chicuelina arriesgando de verdad, las protestas continúan y decide abreviar.

En Joselito Adame estuvo con el viento a favor en su primera intervención pudo haber tocado pelo, sin embargo la ocasión se fue por fallar con el estoque, de su segundo poco que contar, para hablar del sexto el mejor presentado de la tarde con 597 Kg de peso y que sin dar el mejor de los juegos permitió que el de Aguascalientes recibiera con largas cambiadas de rodillas, se viera muy bien con el mandil y además luciera simulando quites por zapopinas, en el tercio de banderillas el público insistía en ver al matador, pero no esperaban el hermoso momento regalado por el mejor banderillero de México Christian Sánchez que fue excelentemente asegundado por Héctor Rojas, para que ambos salieran al tercio a agradecer la ovación, con la muleta Joselito fue notorio, alargando, tomado ritmo exacto a la embestida, intentando y cobrando una gran estocada para dos orejas.

Lo cierto es que la pasión se desato como hace años no sucedía, con broncas en los tendidos agregadas y quecabe señalar y sin tratar de adoctrinar que el torero en el ruedo merece más respeto que el cruce chungo de gritos fuera de orden de las porras, que hay toros para brindis, ya que este hermoso acto de la lidia se ha abaratado, que los matadores puede obviar el permiso de continuar sin dirigirse a la autoridad en el último tercio y que queda en discusión el hecho de desmonterarse ante el brindis por parte de un compañero cuando se tiene mayor antigüedad de alternativa, lo que puede hacerse en agradecimiento y educación.

Por último el día de ayer la Plaza México cumplió su setenta aniversario, y fue festejada con un cartel por demás atractivo, con Ignacio Garibay, Sebastián Castella y Arturo Saldívar, la fiesta continua mañana domingo con la llamada corrida de dinastía encabeza Francisco Rivera Ordóñez, Diego Silveti, Fermín Espinoza "Armillita IV" y Juan Pablo Llaguno con toros de Marrón ¡Hasta la próxima!

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