Tiempo fuera. La ceremonia de despedida lució desganada, de acuerdo a los reportes del funeral.
El comité directivo de la CTM rindió un desganado homenaje a su líder Joaquín Gamboa Pascoe, fallecido ayer a los 93 años de edad.
El anuncio de la captura de Joaquín "El Chapo" Guzmán casi puso punto final a las actividades planeadas para ayer por el fallecimiento y a la sede cetemista, a un costado del monumento a la Revolución, sólo acudió el secretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, cuya prisa por reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto, según un líder sindical, precipitó el final del homenaje.
Aun así, en el patio central de la sede, al pie de una estatua de 2.70 metros que Gamboa Pascoe se develó a sí mismo, el féretro fue colocado en medio de unos 600 trabajadores, que sólo al final vitorearon las siglas de la organización, mientras las dirigencias pasaban aprisa a realizar las guardias de honor.
El maestro de ceremonias insistía en que se tenía que hacer aprisa.
El cuerpo Gamboa Pascoe sindical, para quien no había problema en que el líder viajara en Cadillacs y el obrero en huaraches, fue incinerado ayer por la tarde.
"No quiero que esta celebración fuera de tristeza, ni de malos recuerdos", dijo en su discurso Carlos Aceves del Olmo, el líder de la Federación de Trabajadores del Distrito Federal encaminado a ser el nuevo presidente de la CTM.
"Debemos recordar este día no como un día triste, aunque lo sea, sino como un día en que ya no estará con nosotros", añadió.
Aceves del Olmo hizo un recuento de la trayectoria del fallecido, quien fue legislador del PRI y miembro de la Confederación de Trabajadores de México desde los 20 años.
Uno de los hijos de Gamboa Pascoe tomó el micrófono y contó lo que vio ayer al entrar al cuarto de su padre.
Armando Gamboa dijo que en la puerta había un cuadro que demostraba el amor y la fidelidad sindical de su padre con el siguiente mensaje: "La CTM es como mi casa. La CTM es mi vida, y todo lo que soy se lo debo a la CTM".