El consumo de marihuana durante el embarazo aumenta el riesgo de parto pretérmino y bajo peso al nacer, además de afectar el neurodesarrollo no sólo en el período fetal sino incluso hasta la adolescencia, de acuerdo con evidencia científica.
El estudio Cannabis use during pregnancy in France in 2010, publicado en la revista del Royal College of Obstetricians and Gynaecologists en 2014, abarcó 13 mil 545 mujeres gestantes que respondieron un cuestionario sobre consumo de mariguana durante el embarazo.
El 10.9 por ciento de las mujeres consumidoras de marihuana tuvo parto pretérmino (antes de las 37 semanas de gestación), en comparación con el 5.3 por ciento de las no consumidoras, es decir, fumar marihuana durante el embarazo aumenta al doble el riesgo de tener un bebé prematuro.
La investigación encontró que a mayor consumo, el riesgo aumenta, ya que entre las mujeres que consumieron mariguana menos de una vez al mes, el 9.9 tuvo parto pretérmino; mientras que entre las mujeres que consumieron una vez al mes o más seguido, el 12.3 por ciento tuvo parto pretérmino.
El estudio Cannabis, the pregnant woman and her child: weeding out the myths publicado en Journal of Perinatology en 2014, como resultado de una revisión de literatura científica, reporta que el consumo de marihuana durante el embarazo afecta el neurodesarrollo del bebé, incluso a largo plazo.
"Un estudio de cohorte longitudinal encontró que los niños expuestos al cannabis durante la gestación tienen la circunferencia de la cabeza más pequeña al nacimiento, en comparación con los bebés de madres no consumidoras; disparidad que se agrava en la etapa de la adolescencia.
"Es de resaltar que el crecimiento de la cabeza, especialmente durante el primer mes de vida, está significativamente asociado con el futuro coeficiente intelectual", se explica en el estudio.
Haber estado expuesto a cannabis desde el vientre materno se traduce en adquisición tardía de habilidades visuales-perceptivas y de lenguaje en la edad escolar; además, estos niños muestran mayores niveles de agresión y menos capacidad de atención.
Y las afectaciones llegan hasta la adolescencia, donde se ve afectada la adquisición de las funciones ejecutivas del cerebro.
