Con mucho temple estuvo el lagunero Abraham Marín ante sus enemigos que nunca cedieron ante los engaños (Foto León Carmelo Alvarado)
La temperatura baja fue superada por la pasión a la fiesta brava en la Plaza de Toros Alejandra de Durango y ante una gran entrada, los laguneros Jesús Sotomayor, Abraham Marín y el becerrista Eduardo Neyra, tuvieron una buena actuación en la novillada nocturna en la Perla del Guadiana.
Luego de algunos meses de ayuno en Durango de fiesta brava, la novillada nocturna le dio a sus aficionados la dosis de adrenalina taurina que exigían.
El triunfador de la noche fue el aspirante a novillero, Eduardo Neyra, quien en su actuación demostró gran valentía y talento.
Tuvo un pequeño susto, pero como los grandes se levantó y dio una gran faena, a tal grado que la oreja que recibió fue el único trofeo que se entregó en la noche del viernes.
Neyra se dejó llevar con la muleta con embestidas templadas, lo que provocó que la afición se le entregara, su faena terminó con una estocada certera lo que le valió cortar el apéndice.
El primer turno de Jesús Sotomayor le tocó un astado complicado, el cual desarrolló sentido muy temprano; sin embargo, el novillero se mostró valiente y voluntarioso, para salir adelante.
En tanto que en su segundo novillo pudo lucir con el capote y en el tercio de banderillas y llevar una faena con cadencia y con finas evoluciones en la muleta, pero sin tener un premio.
Por su parte, Abraham Marín tuvo que enfrentarse a un novillo que no se entregó en ningún momento al engaño.
Con su segundo astado hizo una faena de mucho mérito, pues en repetidas coacciones ligó vistosas series de derechazos y naturales con poder.
NOVILLOS
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