María de la Luz Aguilera. Tumba de María de la Luz Aguilera de Aguilera y Miranda, nacida el 14 de febrero de 1846 en Zacatecas y fallecida el 4 de diciembre de 1902. 'Su esposo e hijos le dedican este monumento para perpetuar su memoria', dice en la lápida. (DIANA GONZÁLEZ)
El panteón municipal de Lerdo, ubicado en la colonia San Isidro fue construido a finales del siglo XIX. Originalmente estaba en el rancho de Santa Margarita de Alacoque en 1792, en terrenos de lo que ahora es la colonia Cerro de la Cruz y desde el año de 1892, aproximadamente, se cambiaron las criptas hacia la colonia San Isidro.
En un principio se dividió en área para pobres y otra para ricos, pero hace 15 años se tumbó la barda divisoria.
En su interior destacan varias tumbas por su antigüedad, belleza y arquitectura, muchas de ellas pertenecen a españoles radicados en Lerdo quienes contribuyeron en gran medida al desarrollo no sólo de esta ciudad sino del resto de la Comarca Lagunera.
Tal es el caso de la tumba de Valentín Bustamente Hernando, nacido el 14 de febrero de 1843 en Molledo, provincia de Santander, España, quien viajó a Cuba, luego a la ciudad de México, se dio de alta en el Ejército Republicano de Benito Juárez en la lucha contra los franceses llegando a ser capitán de caballería. Luego se casó en la ciudad de Durango el 15 de enero de 1868 con María de los Ángeles Reyes Fernández procreando 8 hijos. Radicó en lo que aún era la Villa de Lerdo dedicándose a la agricultura y minería para en 1980 ser propietario de la Hacienda San Fernando, misma que vendió a la Compañía Agrícola de Tlahualilo.
Don Valentín murió el 21 de noviembre de 1892 y descansa a un lado de su esposa. Fue hasta 2011 que se hizo un reconocimiento a su última morada por parte de su bisnieto Héctor A. Cruz Bustamante, siendo develada una placa por el cronista de la ciudad, José de Jesús Vargas Garza.
En el panteón de Lerdo se tejen otras historias, una de ellas es la del Ángel actualmente ubicado en el exterior de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús a un costado de la Presidencia de Lerdo.
Esta celestial figura labrada en una sola pieza de mármol de Carrara, Italia, que hasta hace unos años se encontraba en el panteón de Lerdo es el símbolo del amor que don Jesús Gámez sentía hacia su esposa doña Enriqueta Carlota Cabtree y Camacho, quien falleciera en el año de 1918, víctima de la fiebre española cuando esperaba a su segundo hijo.
Conocido como "El Ángel del Amor" empezó a ser venerado por la gente mientras se encontraba en el panteón siendo buscado para pedirle milagros de índole amoroso, debido a ello y por la calidad de la pieza fue movido a la iglesia.
