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Cuando contar borreguitos no sirve

El insomnio infantil es un mal común que puede repercutir en la salud de tu hijo si no se atiende

Cuando contar borreguitos no sirve

Cuando contar borreguitos no sirve

POR ADRIANA GUADALUPE MIRANDA H.

Cuando contar borreguitos, leer cuentos e incluso “hacer piojito” no son suficientes para que los niños logren conciliar el sueño, los papás pueden considerar que existe un problema o bien que existen hábitos que impiden que el menor logre dormir.

Pero no hay por qué alarmarse. El médico especializado en pediatría, Javier Corpus Lozoya comenta que al menos tres de cada diez consultas son por esta falta de sueño en el menor.

Si bien se puede considerar como insomnio clínico, explica que para ello debe haber un diagnóstico previo sin embargo comenta que no existen estudios que confirme dicho diagnóstico.

La definición de insomnio engloba todo el evento del sueño, desde la iniciación, mantenimiento, consolidación e incluye la calidad de sueño que ocurre a pesar del tiempo adecuado y oportunidad que se tenga para dormir y que resulta en algún tipo de problema durante el día.

El médico Javier Corpus explica que si esto es repetitivo se puede considerar como insomnio en los adultos, aunque en los niños puede aplicarse también, sin embargo a diferencia de los mayores, las causas de insomnio en niños la mayoría de las veces se identifica mejor.

El pediatra comenta que en general si al niño le cuesta regularmente conciliar el sueño o mantenerlo a lo largo de la noche o bien si se encuentra cansado y soñoliento durante el día, se debe sospechar la existencia de un problema de sueño o de los hábitos que conducen a éste.

De acuerdo con datos del Instituto del Sueño un recién nacido duerme un total de 16 horas diarias, en 6 – 8 episodios de sueño de 4 horas cada uno, con periodos intercalados de vigilia.

Desde el primer mes hasta los 6 meses, la duración de los despertares nocturnos va disminuyendo y empieza a dormir de manera continua prácticamente durante toda la noche. No obstante, en casi un tercio de los niños en edad preescolar persisten estos despertares nocturnos, como consecuencia de una consolidación inadecuada del período de sueño nocturno.

Entre los 2 y los 4 años duermen por la noche unas 10 horas, más las dos siestas habituales. A partir de los tres años de edad va disminuyendo la “necesidad” de dormir durante el día, hasta prácticamente desaparecer antes de los seis años.

De los 5 a los 10 años de edad, el sueño alcanza un grado de madurez suficiente como para permitir la comparación con el adulto. Después de los 7 años, no es habitual que el niño necesite dormir la siesta. Si ocurre, lo más probable es que por la noche duerma menos de lo que necesita o que padezca de algún problema durante el descanso nocturno.

Qué hacer

Primero, el médico recomienda identificar la causa. Existen causas psicogénicas y son las causas más comunes son debido a malos hábitos (higiene del sueño), estrés debido a horarios irregulares, sobre activación, problemas familiares, miedos infantiles o ansiedad de separación y existen causas médicas que son provocadas por el uso de medicamentos, alergias, dolor, enuresis, enfermedades crónicas, apnea obstructiva del sueño (por obesidad).

Por otra parte, el especialista comenta que pese a que algunos estudios vinculan el déficit de hierro con el insomnio, no debe generalizarse y debe tratarse la o las posibles causas del mismo.

Según algunos estudios, los niños con déficit de este mineral duermen una hora menos que los demás, lo que conlleva más cansancio, falta de concentración y más dificultades para aprender en la guardería y en el colegio.

Las investigaciones señalan que los bajos niveles de hierro en el cerebro debido a bajos niveles en el torrente sanguíneo, pueden ocasionar disfunción dopaminergica y esto se asoció al insomnio, debido a que recientemente se ha descubierto que este neurotransmisor (dopamina), actúa en la glándula pineal (la cual regula el sueño), ya que la dopamina afectan la producción de otro neurotransmisor (norepinefrina) que a su vez inhibe a la principal reguladora del sueño la “melatonina”.

Por lo que es recomendable que como parte de la buena alimentación de tu hijo incluyas sandía, verduras de hoja verde, brócoli, guisantes, espárragos, papas, betabel, habas, frijoles, lentejas y jugo de tomate. Así como hígado, carne de res, cerdo, cordero, sardinas y pollo.

Recomendaciones

El Instituto del Sueño da las siguientes recomendaciones:

1.- Colocar al niño en la cama o cuna con sólo aquellos objetos favoritos y que puedan permanecer junto a él durante toda la noche para que se acostumbre a dormirse junto a estos objetos y los asocie con el sueño. Así, si se despierta en medio de la noche, podrá volver a dormirse sin necesidad de nadie.

2.- La habitación debe de estar oscura, tranquila y con una temperatura confortable.

3.- Si el niño comienza a llorar, no hay que acudir inmediatamente. Pasados unos minutos (al menos 2 minutos) la madre o el padre podrán volver a la habitación a confortar al niño, que no debe moverse de la cama, hasta que esté tranquilo (aunque despierto). Entonces el padre/madre deberá abandonar la habitación.

Consecuencias

Médicos especialistas, comentan que la falta de sueño continuada puede alterar el estado de ánimo y las capacidades motoras y cerebrales de los pequeños, alterando la memoria, el lenguaje y los procesos de solución de problemas. Los trastornos del sueño infantil pueden incluso dar lugar a problemas de conducta y fracaso escolar.

Los niños en edad escolar, que pierden más de 3 o 4 horas de sueño al día de manera continuada, pueden presentar, a corto plazo: irritabilidad, impulsividad, inquietud, desánimo, decaimiento, cansancio y agotamiento, déficit de memoria, falta de concentración, disminución de los reflejos, entre otras consecuencias.

Es por ello que señalan que es importante atender el trastorno del sueño, antes de que el niño sufra por sus consecuencias.

Para saber más

Los especialistas señalan que existen alrededor de 80 trastornos de sueño cuyas causas son variadas, por lo que es importante no automedicarse, y acudir al especialista para recibir el tratamiento adecuado.

Los trastornos más comunes son:

• INSOMNIO

Dificultad para dormir en la noche, se presenta cuando tardamos más de media hora en conciliar el sueño, o cuando despertamos a mitad de la noche sin poder volver a conciliar el sueño.

• NARCOLEPSIA

El síntoma principal es la somnolencia excesiva, caracterizada por pequeños ataques de sueño incontrolables y de corta duración.

• SOMNOLENCIA EXCESIVA DIURNA

Se presenta cuando la persona no puede mantenerse despierto, se considera un trastorno cuando es incontrolable y afecta las actividades cotidianas.

• TRASTORNOS DE MOVIMIENTO

Uno de los más comunes es el de las Piernas Inquietas que es cuando los pacientes experimentan sensaciones incomodas en ellas cuando intentan dormir; lo que los obliga a moverlas vigorosamente, ya que así se disminuye la molestia.

• PARASOMNIAS

Algunas parasomnias como caminar, gritar, llorar y hablar, son normales en niños y desaparecen con la madurez.

• TRASTORNOS RESPIRATORIOS DE SUEÑO

El más común es el ronquido el cual puede estar acompañado de apneas.

Fuente: Clínica de Trastornos de Sueño de la Universidad Autónoma de Iztapalapa

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