"Vamos a hacer canchis canchis", "Vamos a hacer cositas", "¿Qué te parece si nos ponemos a jugar un rato en la cama?". Hay muuuuchas maneras de invitar a la pareja a tener actividad sexual. Cada quien le pone un nombre diferente y ya depende de la intención y del tono con el que se diga, que la otra persona entienda de lo que se trata.
En México, usamos el verbo coger, que originalmente se refiere a asir, tomar o agarrar algo, pero le damos una connotación sexual, aunque se supone que es una forma muy vulgar de decirlo. No creo que un señor "decente" le llame a su esposa por teléfono a la casa y le diga "Amor, prepárate para cuando llegue porque esta noche tengo ganas de coger". ¡Qué horror! Aunque la señora se esté muriendo de ganas, lo más probable es que le moleste que se lo propongan así.
Por eso, hay muchas formas de disimular la propuesta o aunque no sea eso, simplemente de referirse a ese acto, buscamos una forma de decirlo un poco disimuladamente: habrá alguien que diga "vamos a hacerlo", o más delicadamente, "vamos a hacer cositas".
Creo que la forma más romántica de referirse a ese acto es "hacer el amor", que gramaticalmente es una frase absurda, porque, ¿cómo podríamos hacer el amor, si el amor es una sensación, un sentimiento muy íntimo? Pero suena bien y con frecuencia la usamos.
Los personajes artísticos populares usan su propia forma coloquial: Un payaso para adultos le dice "el prau prau", una conductora se refiere a cuchiplanchar y un conductor juvenil dice "dar arribotota" y de ahí la gente toma ideas, aprende frases y las populariza. Otros dichos populacheros son "Esta noche cena Pancho", "Ponerle Jorge al niño", o simplemente, "Ponerle…" o "Planchar".
También, hay quien aplica el verbo comer. "A esa chica me la estoy comiendo", y una persona muy muy vulgar quizá diga "Darle de comer al chango".
Cuando el ganadero se refiere al acto de reproducción de sus animalitos, tal vez diga que "Necesito un semental para que cubra a estas hembras", y en una explicación más técnica, se dirá que los animales se "aparean", mientras el médico quizá se refiera al acto sexual como el coito.
Una joven que tiene un perrito de mascota puede ser que ande buscando una perrita para "cruzarla" y tener perritos, y cuando vemos que una señora amanece muy dinámica, muy sonriente y se pone con muchas ganas a barrer la calle, sospechamos que anoche "hubo entrego", es decir, que el esposo cumplió con sus deberes maritales.
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PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Si la palabra es mano, el diminutivo debe ser la manito y no la manita, ¿no cree usted? Alma Dalia Peña.
RESPUESTA:
Sí. De hecho, en algunos países dicen "la manito". Sin embargo, a nosotros, por ser costumbre arraigada, se nos acepta "la manita".
Me voy con esta reflexión: Quienes esperan las bondades de la libertad, tienen que soportar la fatiga de defenderla. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
