Chivas consiguió el triunfo en el estadio Omnilife, de Guadalajara. El Rebaño gana y se mete a la pelea
Marca perfecta. Tres de tres en la Liga. Con alma y, por momentos, buen futbol. Chivas, un equipo que parecía desahuciado, hoy está más vivo que nunca. Los futbolistas levantan los brazos tras el silbatazo final. La tribuna explota. Ha sido una remontada difícil. Pero al final, una victoria más de la mano de Matías Almeyda, que mantiene su marca inmaculada. De nuevo 2-1, esta vez sobre el Monterrey.
Tan poco tiempo ha pasado, que la euforia del Clásico todavía se respira en la atmósfera del Guadalajara. Quizá por eso la mente de los 11 rojiblancos que saltan a la cancha del Omnilife sigue en el estadio Azteca. Chivas arranca completamente desconectado. Dormido, podría decirse. Monterrey aprovecha perfectamente.
Saque de manos por la banda izquierda. La pelota llega hasta Rogelio Funes Mori, dentro del área. La marca de Oswaldo Alanís es floja. Permite al delantero visitante controlar y darse la vuelta para retrasar el balón. Edwin Cardona remata con potencia. No llega nadie a taparle. El balón supera a Toño Rodríguez. Gol de los Rayados, apenas al minuto tres.
El cuadro de Matías Almeyda se ve obligado a ir al frente. Con mucho descontrol y poco orden, como si se tratara de los últimos minutos, cuando en realidad, al encuentro le queda mucho por delante. Por eso, deja espacios atrás.
El Guadalajara, poco a poco ordena sus ideas. Recupera la memoria futbolística.