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Conjuntivitis

La basurita en el ojo

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Genaro Miguel Cervantes Ortega

La conjuntivitis es una de las enfermedades más comunes en el mundo y aunque suele ser “inofensiva” en la mayoría de los casos, es necesario tratarla inmediatamente para que no genere complicaciones lamentables en uno de los órganos imprescindibles.

La frase “tengo conjuntivitis” se usa generalmente para definir cualquier molestia ocular que se deja sin especificar, debido a la diversidad de causas y tratamientos que van acorde con el tipo médico en cuestión.

Concretamente, la conjuntivitis es “la inflamación de la conjuntiva, una de las membranas que conforman el ojo”, describe el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud (Cenetec). Se trata de la enfermedad más común en el mundo, según establece el Corporativo Medical Group en su apartado sobre enfermedades de los ojos, ya que el cien por ciento de la población se ve afectado al menos una sola vez por algún episodio de la enfermedad, siendo los adultos de 21 a 60 años de edad y los menores de 4 años, los más vulnerables.

CAUSAS

Un problema como la conjuntivitis se desarrolla por diversos agentes, ya sea por anormalidades en la estructura del ojo, propensión genética, contaminación, ciertas enfermedades, las alergias, los virus, las bacterias y otros elementos agresivos para los ojos, por ejemplo los productos químicos en las albercas o los lentes de contacto cuando se usan de forma prolongada. Es necesario conocer entonces las causas del padecimiento para poder identificar el tipo que conjuntivitis y después aplicar el tratamiento acorde.

Los oftalmólogos establecen generalmente cuatro categorías para clasificar la conjuntivitis:

Conjuntivitis irritativa: la causa es cualquier elemento físico que entró en contacto y comenzó a causar cierta irritación, pudiendo ser la causa desde humo, vapores, emisiones, algún producto químico (como el cloro de la alberca), el sol y el viento.

Conjuntivitis viral: se da en la mayoría de los casos por algún virus que entró por medio del contacto, el candidato principal es aquel que ocasiona el resfriado común. Suele tener un período de incubación de uno a 12 días.

Conjuntivitis bacterial: puede empezar por un contacto mano-ojo, un desequilibrio en la flora normal, ocasionado por bacterias que se encontraban en la piel o en la nariz; un reflujo de que el mismo cuerpo esté enfermo y se vaya a las lágrimas y una partícula de polvo o una basura.

Conjuntivitis alérgica: es una combinación de antecedentes y el aumento de partículas en el aire que pueden llegar con mayor facilidad al ojo; suele presentarse entre primavera, inicios del verano y otoño, cuando el cuerpo comienza a reaccionar ante un aumento de partículas que provocan un rechazo y una agresividad, por ejemplo, el polen de las flores, los ácaros, el pelo de las mascotas, productos de belleza y lugares con polvo o humedad.

¿ES CONJUNTIVITIS?

Los síntomas más comunes de la conjuntivitis son el lagrimeo aumentado, que es una respuesta del organismo para deshacerse de la partícula que le irrita o generar anticuerpos en la zona afectada. El dolor de ojos se debe a que se encuentran irritados. También puede presentarse enrojecimiento de los ojos, el cual sucede cuando hay una hemorragia y la sangre fluye con dirección hacia el ojo; sensación arenosa, visión borrosa por la molestia, intolerancia a la luz o fotofobia (la luz puede ser molesta ya que los ojos se encuentran sensibles), costras (legaña) que dependiendo del factor que se encuentre afectando, tomará un color determinado.

La conjuntivitis viral tiene una duración promedio de entre siete y 14 días, los síntomas son lagrimeo, sensibilidad a la luz, enrojecimiento de los ojos, llegando a presentarse tipo hemorragia, de una legaña color blanco, y debido a que es un virus puede suceder una infección respiratoria.

La conjuntivitis bacterial tiene un proceso de incubación de 7 días aproximadamente, suele presentarse con una gran inflamación en el ojo y la legaña adopta un color ya sea amarillento o verdoso. La infección en ocasiones pude llegar a afectar a los párpados y otras partes del ojo, dificultando la simple acción de abrirlos y cerrarlos.

Tanto la conjuntivitis viral como la bacterial tienen gran riesgo de contagio y pueden ser unilateral o bilateral, aunque debido a la facilidad de pasarlo de un ojo a otro, no hace mucha diferencia.

En el caso de la conjuntivitis irritativa, sólo se presentara prurito (comezón) y enrojecimiento en el ojo de forma moderada, con un aumento en el lagrimeo, debido a la necesidad de humedecer el ojo. Los efectos cederán cuando la persona se retire de la zona que expide los vapores, humos o emisiones y en el caso de un agente químico, será cuestión de tiempo, los síntomas deben durar máximo un día, si no es el caso, se deberá acudir a consultar con un oftalmólogo.

La alérgica, aunque no se contagia, es quizá la más irritante porque presenta prurito y lagrimeo constante, ya que el ojo 'cree' que hay algo dentro de él que puede lavar o quitar mediante las lágrimas, una reacción del cuerpo ante determinado alérgeno.

TRATAMIENTO

Tal como lo marca la Guía de Referencia Rápida para el Diagnóstico y tratamiento de la conjuntivitis del Cenetec, para tratar la enfermedad es necesario acudir al elemento principal: la prevención.

Es esencial el lavado de cara y manos con frecuencia para evitar cualquier transmisión, lavar los ojos, tener una toalla personal únicamente para la cara y las manos, no tocarse las zonas cercanas a los ojos con las manos sin lavar, no compartir las gotas oftálmicas, no frotar los ojos y enjuagar los lentes de contacto con el material adecuado.

En los lugares en que exista un riesgo, como en el trabajo o la escuela (práctica de química), hay que tener disponible el equipo de seguridad, tener capacitación, almacenar y manipular los productos químicos de forma adecuada y seguir las normas de trabajo.

La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos señala que el tratamiento para la conjuntivitis va a depender de la causa, en el caso de la alérgica mejorará cuando se traten las alergias, pero se pueden aplicar compresas frías. Para combatir la bacterial, son necesarios los antibióticos, casi siempre en gotas; la conjuntivitis viral desaparece por sí sola, aunque en ambos casos se pueden aplicar compresas tibias.

Mientras se sigan las medidas de prevención adecuadas y se eviten métodos caseros, a excepción de las compresas, la enfermedad pasará, pero en el caso de que llegara a descuidarse podría llevar a consecuencias graves. Por tal motivo es menester que al momento de padecer malestares que van más allá de una leve incomodidad por una basura en el ojo, se debe acudir a un chequeo con el oftalmólogo, quien actuará según el tipo de conjuntivitis, ya que si bien la alérgica o la irritativa son “inofensivas”, la bacterial o la viral deben tratarse con cuidado para que no pasen de una simple infección.

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