Un jubiloso Alexis Tsipras prometió seguir en la lucha por el orgullo de su país y rápidamente formar un gobierno de coalición después de que su partido de izquierda Syriza cómodamente ganara ayer domingo las terceras elecciones griegas en lo que va del año.
El resultado fue un éxito rotundo para la elevada apuesta de Tsipras al renunciar el mes pasado como primer ministro y provocar una elección temprana a sólo siete meses en su período de cuatro años, para enfrentarse a una rebelión interna en Syriza por su giro político y aceptar las severas medidas de austeridad a cambio del tercer rescate financiero para Grecia.
Aunque pocos apostaban en un inicio por su victoria, Tsipras supo sobreponerse a la situación compleja e imponerse en unas elecciones en donde el ciudadano acudió a las urnas entre el miedo y la zozobra por el futuro.
Con más de 80 % de los votos contados, Syriza mantenía 35.5 % de los votos y 145 escaños en el Parlamento de 300 miembros, seguido por el partido conservador Nueva Democracia con 28.3 % y 75 asientos, y en tercer lugar el partido Amanecer Dorado de inspiración nazi con 7 % y 18 escaños. La abstención fue particularmente elevada con casi 45 % en un país cansado de votar y que por lo regular registra un número elevado de votantes.
En enero de este año, los ciudadanos colocaron a Tsipras en el poder con una plataforma antirrescate y el referendo de julio que organizó exhortando a los griegos a rechazar las propuestas de reforma de acreedores.