Jugadores de los Pumas de la UNAM celebran uno de los tres goles que le metieron al Veracruz. (Jam Media)
Allá, en esa grada tapizada de banderas tricolores con el escudo felino, por aquello del mes patrio, las orgullosas gargantas universitarias terminaron de lacerarse con el "¡Goya!" del agradecimiento. Son los dulces estragos provocados por una fiera incapaz de controlar el apetito, sobre todo si se encuentra en su hábitat.
No, los incalculables litros de cerveza que se sirven en las tribunas del estadio Olímpico Universitario son insuficientes para restaurar las cuerdas vocales. El castigo es demasiado: 13 anotaciones marcadas y ninguna recibida en 360 minutos jugados sobre un campo que ha vuelto a ser sinónimo de terror para los extraños.
Cuarta victoria de los Pumas en casa (3-0), especial como ninguna. Imponerse al Veracruz les catapultó a la cima de la tabla, además de que hilaron cinco triunfos por primera vez en 11 años. La más reciente ocasión que lo lograron fue durante el Apertura 2004. Sí, el certamen del bicampeonato bajo las órdenes de Hugo Sánchez.
Eso explicó el optimismo irradiado desde el silbatazo inicial. Los Tiburones Rojos suelen pasarla mal en Ciudad Universitaria. Calvario sin fin.
La ilusión local fue cristalizada con el circense remate de Eduardo Herrera (13'). Inolvidable gol por la maniobra y relevancia. Es el número 3 mil de los universitarios en la Primera División. No hubo festejo a la "Supermán". La ocasión ameritaba algo distinto.
Multitudinario abrazo ante el éxtasis de un pueblo que acariciaba el liderato. El único canterano en el póquer de depredadores empleado por Guillermo Vázquez se robó la inmortalidad.
"Es un gol histórico, redondo", presumió el goleador. "También se disfruta formar parte de la historia de este club, el cual me ha dado todo. Es un tanto especial".
Pero eso no basta a un equipo con ADN asesino. La poca sangre derramada por los escualos remasterizó el instinto de los Pumas, que se devoraron a su nueva presa en poco más de 20 minutos, aunque el par de mordidas que la acabaron fueron dadas en tan sólo 240 segundos.
Matías Britos asestó la primera con aquel zapatazo que hasta dejó boquiabierto a Carlos Reinoso (31'). El "Maestro" atestiguó una de las jugadas que hizo clásicas hace varias décadas. El colofón fue protagonizado por Herrera, quien arrebató el esférico a Ismael Sosa y Britos después de la señalización del penalti.
Falló uno contra los Dorados de Sinaloa, en la más reciente presentación auriazul en casa. Deuda saldada, al 35'.
Nueva prueba del arsenal que presume el líder. Cuenta con la ofensiva más letal (22 goles marcados) y una de las zagas menos vulneradas (nueve tantos). Perfecto balance que describe su desempeño durante la primera mitad del Apertura 2015.
"El equipo va muy bien, como lo indica la tabla", presume Herrera. "Ha seguido por la misma línea del orden, intensidad, equilibrio defensivo y ofensivo, lo cual ha sido importante para ubicarnos en este lugar".
Desde el que su gente disfruta, sin importar lo lastimada que tenga la garganta. Y lo mejor para ellos es que sigue el atribulado Cruz Azul.
PUNTOS
tienen los Pumas en el torneo, por diferencia de goles ocupan el primer lugar de la tabla.
