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La evolución de las artes sonoras en Latinoamérica

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Saúl Rodríguez

En el corazón del Centro Histórico de Morelia, existe un sitio donde los sonidos fluyen por los muros coloniales y se entrelazan con las modernas tecnologías destinadas a la composición musical. El Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS), supone así una alternativa para los amantes de las nuevas formas de creación sonora.

El Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) es sin duda el más grande referente cuando se habla de música acusmática y electroacústica en el país. Creado en septiembre de 2006, el CMMAS ha fungido como refugio para músicos, compositores, investigadores y diseñadores sonoros en general, que buscan experimentar con los sonidos más allá de lo convencional mediante el empleo de la innovación tecnológica.

La institución, situada en el inmueble del Ex Convento del Carmen en la ciudad de Morelia, Michoacán (donde actualmente está en funciones la Casa de la Cultura), cuenta con el respaldo de su Consejo Académico Honorario, el cual está conformado por los referentes de más alto prestigio dentro del área de la composición musical con nuevas tecnologías a nivel tanto nacional como internacional.

Su función recalca en la tarea de potenciar el desarrollo de la música y las artes sonoras en México; sin embargo, es también un pilar importante dentro de la materia a nivel iberoamericano y una destacada referencia a nivel global. Esto se puede observar en sus convenios con universidades internacionales, tales como la Universidad del Litoral (Argentina), la Universidad Nacional Tres de Febrero (Argentina), la Universidad de Manitoba (Canadá) y la Universidad de Manchester (Inglaterra).

En sus nueve años de historia, el CMMAS ha organizado eventos culturales de trascendencia internacional, como el Festival Visiones Sonoras; de igual forma, cuenta con proyectos ambiciosos de carácter académico en el campo de la investigación sonora y apoyos a jóvenes compositores de música contemporánea, como Prácticas de Vuelo, que brinda a los seleccionados la posibilidad de presentar sus obras en el Festival Internacional Cervantino de Guanajuato.

Las instalaciones de este centro representan un nexo con el pasado. Las paredes de lo que algún día fue un convento evocan una época remota donde posiblemente la música religiosa sostuvo un papel importante. En contraste, actualmente alberga a uno de los centros que trabaja con la implementación de las tecnologías informáticas en los ámbitos musicales y apuntala un importante esfuerzo en materia de investigación auditiva.

En el CMMAS se pueden observar desde alumnos que no necesariamente ostentan algún estudio formal en música, pasando por los estudiantes del Conservatorio de las Rosas, hasta los compositores extranjeros de la talla del brasileño Flo Menezes, realizando sus residencias artísticas. Claramente es un lugar de convergencia donde los amantes del sonido pueden compartir técnicas y conocimientos.

UN PROYECTO LLAMADO CMMAS

El compositor y gestor cultural mexicano, Rodrigo Sigal, llegó a la música a través de las computadoras, luego de darse cuenta, cuando cursaba el bachillerato, que estos dos factores podían unirse en su labor compositiva. Posee un doctorado en composición electroacústica por la City University de Londres y un posdoctorado en la UNAM, cursó un bachillerato en artes del CIEM (Centro de Investigación y Estudios de la Música), también cuenta con un diploma en gestión cultural y es miembro del Sistema Nacional de Creadores del Arte del FONCA.

La aventura por Inglaterra le marcó de manera significativa, esto debido a la posibilidad de estudiar con compositores de la altura de Javier Álvarez. Dicho pasaje le dio a entender que el dedicarse a la música no se encuentra ligado tanto al lugar de residencia, sino al nivel de compromiso y profesionalismo con que se aborda. Su perspectiva musical parte de que todo tiene que ver con la composición.

Sigal, es el actual director del CMMAS y la mente que en un principio diseñó este magno proyecto para consolidarlo, más adelante, gracias al apoyo del Conaculta, a través del Cenart, y de la Secretaría de Cultura de Michoacán.

El nombre de CMMAS nace como una combinación de palabras inspirada en el lenguaje de programación 'C++', “Además, originalmente también tenía que ver con un vínculo con las semas, que es un pan que se come mucho en Morelia y que le gustó mucho al secretario de cultura. Pero originalmente tenía que ver con esta idea del lenguaje de programación, que es la base fundamental de la gran mayoría del software que se usa para música”, señala el doctor Rodrigo Sigal en entrevista exclusiva para Siglo Nuevo.

Desde el comienzo se tenía claro que el proyecto del CMMAS no se podía centralizar en la Ciudad de México, así que Sigal empezó a buscar sedes alternas para continuar con el mismo. “Era un proyecto que desde el principio se presentó de descentralización y que el Conaculta, en el momento en que decidió apoyarlo, me pidió a mí que buscara estados interesados. Estuvimos muy cerca de hacerlo en Xalapa, Veracruz y al final, las condiciones que ofrecía Michoacán hace nueve años eran muchísimo mejores, por también el entorno musical que ya tiene y la serie de festivales que había”, comparte.

Para Sigal, la electroacústica en México tiene una historia latinoamericana un poco más corta en paralelo a centros situados en Argentina o Cuba; sin embargo, considera que en los últimos años la nación se ha convertido en un referente gracias a que en muchos de estos países latinoamericanos sus gobiernos han decidido dejar de invertir en cultura.

“Al inicio el CMMAS tuvo muchísimo apoyo del Gobierno Federal y Estatal y ahora lo hemos podido mantener. Creo que el papel quiere decir que se ha vuelto como una especie de nodo, en el cual estas redes se conjuntan y los artistas pueden venir a crear”, destaca.

Las instalaciones cuentan con dos estudios profesionales, un auditorio, una sala de cursos, una biblioteca, una audioteca y una tienda donde se ponen a la venta algunas de las obras desarrolladas en el centro.

“Tenemos una serie de productos que no se hacen en ningún otro lado en América Latina y muchos prácticamente en ningún lado del mundo. Sobre todo, tenemos la posibilidad de ser un vínculo para estudiantes o profesionales en el ámbito de la música acusmática y electroacústica, que creo que le da la oportunidad enorme al CMMAS de proyectarse más allá de su estructura”, describe.

El artista puede encontrar aquí una alternativa al trabajo de composición y diseño sonoro a como tradicionalmente se labora en los conservatorios. “Lo que encuentra es un espacio sistematizado de acercamiento a lo que las nuevas tecnologías ofrecen como herramienta en un espacio creativo. Es decir, como incorporar, como adueñarse de las herramientas para darle nuevas oportunidades a los procesos creativos de los compositores (…) pero sobre todo lo que te ofrece es eso, la posibilidad de estar en un entorno en el cual la cantidad de información y gente a la que conoces te permite darte cuenta de que el sonido y las nuevas tecnologías pueden ir de la mano en cualquiera de los ámbitos que decidas trabajar”, aborda.

Al ser un centro creado por artistas y destinado a artistas, se enfatiza mucho en la relación arte-ciencia, misma que ha creado múltiples discusiones al pasar de los siglos. El CMMAS se preocupa mucho por la investigación académica en carácter sonoro, lo cual se puede reflejar en distintos proyectos.

“Está el trabajo de nuevos controladores que hace el licenciado Francisco Colasanto, para tocar en vivo. Está el trabajo que hago yo de la relación de video en tiempo real con José Luis García Nava y control de instrumentos con el proyecto 'Lumínico'. Están también todos los proyectos de investigación que concluyen en la revista Ideas Sónicas”, indica el compositor mexicano.

Además, Rodrigo Sigal imparte un módulo en el diplomado en Creación Sonora y Nuevas Tecnologías que ofrece el CMMAS, para lo cual se apoya en su libro Estrategias compositivas en la música electroacústica. “Es un libro que desarrollé a partir de mi tesis de doctorado, en donde muchas de las estrategias de composición electroacústica las fui sistematizando con el objetivo de crear el primer libro de texto en español que yo conozco sobre música electroacústica y mixta, que nos puede ayudar tanto a mí como profesor, como a otros maestros y alumnos, a poder sistematizar las decisiones que tienen que ver con lo efectivo de un lenguaje musical electroacústico”, concluye.

DE ARGENTINA A MÉXICO

Francisco Colasanto es un compositor argentino enfocado en aspectos tecnológicos, cofundador del proyecto musical 'Dr. Zoppa' y actual subdirector del CMMAS. Posee una licenciatura en composición electroacústica por la Universidad Nacional de Quilmes. Ha recibido múltiples premios y becas por su labor compositiva e impartido cursos de tecnología musical en países como Argentina, México, España, Estados Unidos, Grecia, Brasil y Alemania.

Colasanto conoció a Rodrigo Sigal en un festival celebrado en la Patagonia argentina, específicamente en la ciudad de San Martín de los Andes. Al músico bonaerense le gustó el trabajo de Sigal, quien le propuso participar en el proyecto del CMMAS y así fue como llegó a México en 2006.

“El CMMAS es todo para mí, es mi proyecto de vida (…) no vine a un lugar que ya estaba hecho, el CMMAS no era nada cuando empezamos Rodrigo y yo, por ejemplo, el primer Visiones Sonoras lo organizamos en la casa de Rodrigo […] Para mí es un orgullo de poder ser parte de un lugar que es hoy un referente latinoamericano y un lugar muy conocido en ciertas partes de Europa”, explica el licenciado Francisco Colasanto en una plática con Siglo Nuevo.

Uno de los grandes retos al llegar a Morelia fue el acondicionar el inmueble del Ex Convento del Carmen para las tareas del centro sin modificar su arquitectura colonial. Este inconveniente ocasionó que el personal de la institución estuviese en coordinación constante con las autoridades del INAH.

“Los espacios que necesitábamos acondicionar principalmente eran el auditorio y los dos estudios (…) Conseguimos un recurso de dinero para poder contratar a una empresa que hacía la parte de la acústica, la cual nos hizo una propuesta de colocar paneles flotantes para no tocar nada de las paredes y así se hizo en los estudios, y la verdad que funciona bastante bien, tiene una acústica bastante linda”, recalca.

Crear un moderno estudio de grabación es una tarea que Colasanto describe como “invasiva”. Es decir, hay que tumbar paredes y modificar la estructura del edificio para tener una acústica que produzca un sonido extremadamente fiel, situación que no se podía suscitar, por lo cual el compositor bonaerense considera que el trabajo de acondicionamiento en los estudios se hizo al máximo de las limitantes, desembocando en un excelente resultado.

En contraste, Colasanto describe las características del auditorio, donde cada viernes se ofrece un concierto gratuito. “El auditorio no suena mal, pero no es el mejor auditorio del mundo, menos para lo que nosotros hacemos, que usamos muchas cosas de espacialización. Es un auditorio que es un rectángulo largo, lo ideal sería que fuera más cuadrado. Pero bueno, es lo que tenemos hasta ahora. Por eso el Festival Visiones Sonoras lo hacemos en un teatro, que es el auditorio de la UNAM en el campus de Morelia, entonces, ahí tenemos mejor condición acústica,” resalta.

Como función de su desempeño docente, imparte un curso sobre el software Max/MSP en el diplomado en Creación Sonora y Nuevas Tecnologías. Su relación con esta herramienta de programación musical se ve reflejada en su libro Max/MSP: Guía de programación para artistas, el cual es utilizado como método de estudio en varias universidades latinoamericanas.

“Con Max empecé aproximadamente hace 18 años (…) Me atrapó porque me pareció que era una forma mucho más simple de pensar la parte de código, entonces yo empecé a implementar en Max todo lo que yo había aprendido de código, más que nada en Csound. Vi que podía hacer lo mismo que hacía en Csound, pero en lo que en Csound me tardaba una hora en Max me tardaba cinco minutos. Me enganchó, es un software que se lleva muy bien con mi personalidad”, comparte.

Por último, Colasanto hace una invitación a los jóvenes compositores, diseñadores sonoros, músicos e investigadores que deseen acercarse al CMMAS y saber un poco más de los servicios que ofrece.

“Para Latinoamérica en general, pero para México en particular, y de una forma muy importante, los compositores jóvenes tienen que saber que tienen una suerte de que exista el CMMAS. Puedo afirmar con seguridad dos cosas: una, que siempre se trata de apoyar a la gente joven, ya sea con programas como Práctica de Vuelo, ya sea con los cursos que hacemos (los cuales la mayoría son gratuitos), con el sistema de becados que tenemos para Visiones Sonoras, etcétera; y dos, en el CMMAS nunca le hemos negado el lugar a nadie para hacer sus cosas, a veces porque nuestro calendario está lleno, pero cualquier persona que quiera hacer un proyecto para desarrollar en el CMMAS puede venir a hacerlo, solo tiene que mandar un proyecto y nosotros lo revisamos”, puntualiza.

@BeatsoulRdz

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