Interés. Ante un público numeroso la doctora Arminda Soria presentó su libro en La Laguna.
Como una interpretación espacial y arquitectónica de los conventos de la orden de los Carmelitas descalzos en México durante el siglo XVII y XVIII define la doctora Arminda Soria Soria su libro titulado "El Jardín Teresiano Novohispano. Las moradas de Santa Teresa de Jesús", que se presentó en el Museo Arocena.
El libro es el resultado de una investigación de cuatro años que permitió la comprobación de de la hipótesis de la autora. "Relaciono siete conventos de Teresa de Jesús o Teresa de Ávila, 'La santa más española', con la obra cumbre El castillo interior o Las siete moradas".
La doctora explica que a través de su reforma, Teresa de Ávila construye en España 16 conventos en 20 años, el mismo número que se erige en México por el Carmelo descalzo, la orden varonil, en dos siglos.
"Existe un paralelismo entre España y México", asegura. Los conventos de la orden Carmelita en México, construidos entre 1585 y 1747 están situados en la Ciudad de México, Toluca, Guadalajara, Celaya Salvatierra, Morelia, Oaxaca, Orizaba, y San Luis Potosí y son el reflejo del espíritu teresiano y sanjuanista en México.
"Todos esos conventos van a tener la portada (fachada) como lo marcaban las constituciones: sencillos; pobreza y austeridad que se manifestaban en el exterior".
Además, a través de un trazo imaginario, Soria Soria ilustra en su libro cómo esos 16 conventos se corresponden con el huerto cerrado proyectado por Teresa de Jesús.
"Podemos ver los 16 conventos en México y a través de una línea imaginaria vemos cómo se proyecta la obra de Teresa de Jesús con su huerto cerrado que está explicado en 'Las siete moradas'; son siete conventos, siete moradas, que encierran a nueve más".
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Un proyecto de vida
Fue por azar que la doctora Soria comenzó a investigar acerca de los Carmelitas, una orden muy poco conocida. "Cuando me dicen que escriba sobre una orden yo empiezo a buscar entre las que conocemos, la franciscana, la agustina, la dominica, la jesuita, y entonces me topo con la carmelita y digo, es que esta orden es diferente, es una orden oriental, y a partir de entonces, hace más de 14 años que estoy dedicada a escribir sobre esta orden".
Asegura que difundir el origen y desarrollo de la orden se convirtió para ella en un proyecto de vida, que la ha llevado a exponer su trabajo en 82 países, crear la Fundación El Carmelo Descalzo en México.
