Vamos a reconocer lo bueno que hizo Caixinha en Santos, pero también recordar las cosas negativas que pasaron bajo su dirección técnica, sin afán de crucificar a nadie, pero sí para evitar lo que veo que está sucediendo en redes sociales y en el periodismo local y nacional: santificarlo.
Todo esto, sobra decirlo, es mi apreciación y por supuesto que puedo equivocarme, pero también llevo varios años en el periodismo deportivo y creo que algo he aprendido. Sé que Pedro es un hombre bien intencionado que aportó a Santos Laguna una forma diferente de trabajar en la semana. Quizá el técnico que mejor lo hacía en todo el futbol mexicano. Lo veo como un teórico del futbol. Un idealista de cómo deben ser las cosas y cómo se deben (deberían) ejecutar esos ideales.
De la teoría a la práctica hay una abismal diferencia en la mayoría de las ocasiones y como un cercano seguidor de Santos, gran parte de los juegos oficiales fue para mí desesperante el manejo de partido. ¿Cuántas veces no fue Santos alcanzado en el marcador, en los últimos minutos, por rivales de media tabla para abajo e incluso de local?
Recuerdo bien el estilo de juego de Pedro García, Zurdo López, Pato Hernández, Alfredo Tena; de Fernando Quirarte, de Daniel Guzmán; incluso de los fallidos Romano, Graneolatti y Sergio Bueno. Pero si me preguntas sobre el estilo de Pedro Caixinha, no sabría responder, por una razón de dos: o porque no lo tuvo nunca, o porque simplemente no sé ver futbol.
El trofeo de liga que deja, extraño, inesperado, con tan tremenda liguilla y pésimo torneo (Pedro estuvo a punto de ser cesado) es lo que le reconozco, con sus mencionados be moles. Por mi parte pongo en su auténtico peso e importancia el torneo de Copa, que el más mediocre de los equipos tiene posibilidad de ganar (recordar lo que se batalló en la final, de local, contra un emproblemado Puebla, sufriendo el empate de último minuto, otra vez, para conseguir el título en los penales) y ni se diga el Campeón de Campeones, que aunque vale, es un juego de pretemporada, que se consiguió con un penal, ante un América sin ocho de sus titulares. No dijo que no los contemos, digo que no los pongamos en la misma vitrina que el campeonato de liga y que sean vistas más como curiosidades obtenidas que como verdaderos logros con preocupante tendencia a marear.
Seguro Pedro deja muchos amigos, recuerdos buenos y tengo la certeza que le aportó lo suyo a Santos, pero de ahí a que sea un entrenador que vino a ser un parteaguas en la historia del equipo, difiero totalmente. Fue más criticado que aplaudido, por su carácter e imprudencia al declarar. En mi opinión a Santos Laguna le hace bien su salida, por lo ciclado que ya se sentía el ambiente y por la muy visible falta de ideas que el equipo desde que comenzó el torneo ya presenta.
