Ten cuidado

Los cambios que tu cuerpo sufre durante el embarazo te exponen a presentar con mayor frecuencia diversas enfermedades. Debes de saber, que cada embarazo es diferente y que los padecimientos pueden afectar indistintamente tanto a la madre como al feto.

El aborto

Desde el momento de la concepción y hasta que el embrión completa su desarrollo, los problemas más frecuentes son: los abortos espontáneos, los abortos retenidos y los síntomas de aborto. En el ser humano se ha establecido que alrededor del 70% de los embarazos en el mundo se pierden espontáneamente antes de llegar al fin del primer trimestre. De hecho, la mayoría ocurre incluso antes que la madre siquiera se percate de que está embarazada.

En lo que respecta al aborto espontáneo, es la pérdida generalmente completa del embrión y todos los nexos ovulares de forma espontánea. Mientras que en el aborto retenido, se reconocen dos instancias, con embrión o sin él. El tratamiento de los abortos espontáneos dependerá de si quedaron o no restos ovulares en el interior del útero. De estar presentes, en general es necesario realizar un legrado uterino por parte del médico que atiende a la paciente, procedimiento que se efectúa bajo anestesia.

En los abortos retenidos se puede esperar algunos días o incluso semanas para permitir que el organismo elimine espontáneamente el embarazo o bien se puede realizar un procedimiento de vaciamiento con legrado, similar al descrito antes y que también se realiza bajo anestesia. Este último, tiene como ventaja que se pueden recuperar muestras para estudio biópsico, que en algunas ocasiones es muy necesario.

Entre los síntomas de aborto se encuentra el dolor hipogástrico y el sangrado genital de cuantía variable. Lo que ocurre en estos casos es que aparecen contracciones anormalmente fuertes y dolorosas y se presentan episodios de sangrado a consecuencia de las mismas. Dentro de las causas más frecuentes que lo pueden provocar están: infecciones urinarias, infecciones del tracto genital, actividad sexual, ingesta de medicamentos sin prescripción médica, insuficiencia del cuerpo lúteo, etc. El tratamiento para estos casos generalmente comienza con el reposo en cama de la madre por algunos días, suspensión tanto de la actividad sexual como del consumo de cualquier medicamento no autorizado, evitando especialmente el tabaco y el café. Se deben realizar algunos exámenes para descartar focos infecciosos de cualquier origen y tomar ecotomografía transvaginal para constatar la vitalidad fetal y la presencia o no de algún desprendimiento.

Otra de las enfermedades que se pueden presentar durante el embarazo, es la anemia debido a que existe deficiencia de hierro en la sangre. Durante el periodo de gestación, se incrementa la cantidad de sangre circulante ya que la madre también se encarga de llevar oxígeno al bebé y por lo tanto, es necesario aumentar la cantidad de hierro que ingieres a tu dieta para que tu cuerpo pueda sintetizar los glóbulos rojos necesarios para cubrir las necesidades de oxígeno del feto. Algunos de los síntomas cuando la ingesta es insuficiente es piel pálida, cansancio extremo, taquicardia y en casos graves puede afectar el crecimiento del bebé. Para prevenir esta complicación, se exhorta a las mujeres embarazadas complementar una dieta sana con hierro en tabletas, así como realizarse un examen de sangre por lo menos dos veces durante el periodo de gestación.

La preeclamsia

Otra complicación y una causa de muerte materna es la preeclampsia y consiste en la presión arterial elevada que se presenta en la segunda mitad del embarazo. En ocasiones no causa síntomas pero con el paso del tiempo se van presentando datos de vasoespamo manifestados en la madre como dolor de cabeza, zumbido de oídos, alteraciones visuales, dolor en la boca del estómago o convulsiones. Existe solamente una forma de detectar este padecimiento y es la toma de la presión mínimo cada vez que se acuda al control parental. La única manera de curar la preeclampsia es terminando el embarazo por lo cual, la edad gestacional del bebé será un factor determinante para decidir el tratamiento.

Diabetes gestacional

Otro de los padecimientos que pueden presentar las mujeres embarazadas es la diabetes. Las mujeres tienen una alta predisposición genética a padecer diabetes a lo largo de su vida y en particular los cambios hormonales del embarazo causan que aquellas mujeres con riesgo tengan más alteraciones en sus niveles de azúcar en la sangre durante esta etapa. Los síntomas son: aumento de apetito, sed y mayor frecuencia urinaria. El tratamiento está destinado a evitar las complicaciones tanto maternas como fetales propias de esta enfermedad.

Para obtener resultados exitosos es muy importante que la madre esté informada y estimulada a seguir las indicaciones de régimen alimenticio, de exámenes y tratamientos adicionales cuando éstos sean necesarios. El pilar principal está dado por el control del peso y una alimentación adecuada indicada por un profesional competente. La inmensa mayoría de las diabéticas gestacionales controla su enfermedad sólo con este punto. Por ello, es necesario contar con control especializado periódico.

En riesgo

Existe un grupo de mayor riesgo a padecer diabetes gestacional:

•Mujeres mayores de 30 años

•Diabetes gestacional en embarazos anteriores

•Obesidad

•Diabetes mellitus en familiares de primer grado

•Macrosomia actual o en embarazos anteriores