Al igual que hace casi un año cuando el América visitó el Estadio Corona, el inmueble lucía lleno, con mucha presencia de americanistas en busca de un triunfo azulcrema.
El recuerdo de aquella noche mágica donde Miguel Layún propinó cuatro goles al Santos en el Apertura 2014, seguía en la mente de los americanistas, sólo hablaban de ello e intentaban provocar a los seguidores santistas ante la mala racha de los Guerreros en casa.
Los seguidores cremas llegaron en camiones procedentes de ciudades como Durango, Monclova o Saltillo. Incluso el arribo de algunos fue imitando a grupos de animación, con banderas amarillas y aficionados sin playera en el techo de los autobuses.
Los partidarios americanistas aplaudían a su equipo en la sesión de calentamiento, los santistas también hacían su parte con los locales, la gran división de aficiones en el Corona se hacía notar con un duelo de pasiones interesante.
La gente no dejó de lado a Oribe Peralta y su regreso a la Comarca Lagunera, el lagunero caminó sobre el túnel de jugadores recibiendo todo tipo de gestos y detalles de la afición.
Frustración Guerrera
Cabe mencionar que a pesar del gran número de americanistas en el recinto Guerrero, los albiverdes tuvieron un apoyo incondicional durante la primera mitad; el apoyo y la presión sobre el rival se hizo notar a tope hasta que Darío Benedetto marcó el primero para las Águilas, el gol del argentino propició silencio en algunos sectores del estadio.
El golpe anímico pegó de lleno en los seguidores del Santos, el grito de gol en las gargantas de los azulcremas hizo parecer que el local había anotado, aunque en realidad era todo lo contrario, algunos aficionados guerreros agacharon la cabeza al no creer tal dramático momento.
La angustia que se tuvo a partir de la anotación del 'Pipa', se diluyó un poco al empezar la segunda parte, el Santos salió con decisión al frente, cosa que los hinchas celebraron al ver con esperanzas el poder remontar.
Reclamaciones y desesperación, resumía la conducta de los laguneros, la frustración de no ver al Santos anotar se acrecentaba al pasar los minutos. La violencia no tardó en llegar a las tribunas, la Policía Municipal y el cuerpo de seguridad del TSM tuvo trabajo al sacar personas con conducta inapropiada.
La poca fe que quedaba en algunos aficionados se destruyó por completo cuando Benedetto volvió a anotarle a Marchesín; el americanismo se robó el protagonismo en el Corona con elogios y cantos para las Águilas por parte de los aficionados azulcremas, "La Casa del Dolor Ajeno" parecía convertirse en una sucursal más del Estadio Azteca.
Ni el sonido pudo animar a los laguneros, la nostalgia de llevar 3 partidos perdidos en casa al hilo los resignaba; la fe que los aficionados le tienen al actual campeón en sus próximos encuentros se empezó a alejar; al minuto 85 algunos santistas abandonaron a su equipo, no pudieron resistir ver más el triste marcador de sus Guerreros.
En las puertas de salida se podía ver caras bajas y mucha decepción de los aficionados, mientras que en el campo el Santos luchaba contra corriente y marea para perder con dignidad, sin embargo, sus intentos no tuvieron éxito al intentar definir frente al marco defendido por Moisés Muñoz.
Las tribunas del TSM se vieron 'invadidas' por 'manchas' amarillas en todas sus localidades.
