Llamado. Los maestros tienen el deber de canalizar a los alumnos con un especialista, mas no de diagnosticarlos. (ARCHIVO)
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) sólo puede ser diagnosticado por un médico especialista, y es una condición que no tiene cura, pero se puede tratar a fin de llevar una vida "normal". Sólo aquellos pacientes que así lo requieren deberán ser medicados.
Adriana Aguilera Aguirre, psicóloga clínica, explicó que dicha condición puede detectarse una vez que el menor ingresa a preescolar, entre los cinco años.
Entre los principales síntomas de este trastorno, que como su nombre lo dice: dificultad constante para mantener la atención, es que el menor se encuentra distraído, habla "sin parar" suele en ocasiones interrumpir las conversaciones de los adultos; suele perder sus cosas constantemente; no completa las tareas; suele estar inquieto en su lugar; se le dificulta jugar tranquilamente, entre otros.
Dicho trastorno puede estar acompañado por hiperactividad e impulsibilidad, condición por lo que los síntomas pueden ser aun mayores tales como: dificultad para mantener la atención en las actividades que está realizando; parece que no escucha "ensimismamiento", no sigue instrucciones, no termina las tareas; tiene dificultad para organizarse; evita tareas que requieren esfuerzo de concentración continuado, entre otros.
De acuerdo con Aguilera, este padecimiento se debe a los bajos niveles de dopamina, norepinefrina, y serotonina, que son neurotransmisores del cerebro, que participan en el funcionamiento del sistema nervioso.
Son los que regulan la actividad metabólica del menor, además son las que controlan la atención, el juicio social y sus movimientos, razón que al mantenerlos bajos, su actividad es mayor.
Entonces, dice que los medicamentos son los encargados de nivelar estas sustancias y controlar parte de los síntomas que manifiesta un niño diagnosticado con TDAH.
Pero recalca que no todos los pacientes requieren de medicamento, ya que se pueden tratar con consulta psicológica, tratamiento que también se recomienda llevar a los familiares.
La psicóloga señala que los maestros tienen el deber de canalizar a estos pequeños, mas no de diagnosticar dicho trastorno ni de obligarlos a que se mediquen.
