Producción. A diferencia de otros años, el melón tempranero no durará mucho tiempo. (MARY VÁZQUEZ)
Se estima que este año la cosecha de melón tempranero en el municipio de Matamoros sea más corta en comparación a años anteriores, es decir, la actividad en cada huerta podría mantenerse sólo por algunos 10 y 15 días, ya que debido al cambio climático que se originó en la región, mermó el rendimiento de la producción.
"El melón tempranero se está agotando rápido, en 10 días se están agotando las huertas, duran 15 días máximo, por los cambios climáticos. Hubo dos eclipses, la lluvia, el granizo y el aire. Todo eso mermó la producción, por ejemplo, en un metro lineal nomás hay como 5 ó 6 melones cuando anteriormente había como 20 melones", explicó Jesús Zárate Muñoz, presidente de la Sociedad Cooperativa de Meloneros en Matamoros.
Esto repercute negativamente, aunque no es catastrófico, ya que falta la cosecha regular y el tardío, en donde puede haber una recuperación en la economía de los productores.
En relación al centro de acopio que facilitó el Municipio, dijo que hasta ahora están listos 60 productores de melón para empezar a trabajar de una manera más organizada, incluso la semana pasada salieron los primeros dos camiones que partieron para el Estado de México.
Las primeras cosechas provienen de productores de los ejidos Morelos, Mariano Matamoros y el Sacrificio, quienes lograron colocar en cinco pesos kilo.
Jesús Zárate Muñoz, reconoció que por ahora el proyecto va un poco lento porque están en el proceso de la pizca de la fruta, pero a partir de la próxima semana aumentará la actividad en este nuevo centro de distribución, cuyo objetivo es erradicar el "coyotaje" que perjudica a los productores.
"Siempre pasa, hay hasta 20 gentes que se arriman al productor y los 'envuelven' y no dejan que se arregle con el comprador y al último los perjudicados son los productores, porque luego resulta que les seleccionan el melón y se les quedan hasta 400 kilos de merma".
Sobre la negativa de la gran mayoría de los productores que prefieren trabajar en las "meloneras", dijo que es una reacción natural al cambio, pero insistió: "Ellos se van a ir dando cuenta cómo vamos a trabajar nosotros y no los podemos obligar, cada quien decide dónde trabajar".
