Islam. El mandatario regresó el viernes al palacio presidencial tras un golpe de estado fallido.
El presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, advirtió que su país enfrenta la amenaza del grupo islamista somalí Al Shabab, vínculado a la red Al Qaeda, en su primera aparición pública desde el fallido golpe de Estado hace cuatro días.
"Hemos tomado medidas contra Al Shabab. Nos tomamos estas amenazas muy seriamente", dijo Nkurunziza en rueda de prensa en su palacio presidencial en Bujumbura, sin referirse a los últimos acontecimientos políticos ocurridos en su país.
El mandatario, que regresó el viernes pasado al palacio presidencial tras haber permanecido bloqueado en Tanzania desde el intento de golpe de Estado, dijo su preocupación por la amenaza que suponen organizaciones afines a Al Qaeda, como el grupo somalí Al Shabab.
Al Shabab ha amenazado con atacar Burundi y a otros países que participan en la fuerza militar de la Unión Africana en Somalia, con el fin de combatir al grupo islámico. Vestido con un traje azul, con un aire relajado y sonriente, Nkurunziza conversó brevemente con periodistas nacionales e internacionales en el palacio presidencial, sin mencionar la crisis política en su país ni la intentona golpista, según la cadena Al Yazira.
El pasado miércoles, 13 de mayo, se produjo un intento de golpe de Estado tras semanas de inestabilidad social y política por la decisión de Nkurunziza de optar a un tercer mandato presidenciales en las elecciones del próximo 26 de junio.
EI da duro revés
El grupo Estado Islámico (EI) se hizo con el control de la ciudad de Al Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, situada a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, y sorprendió así al Gobierno iraquí, que se preparaba desde abril para expulsar a los yihadistas de esta región. La caída de Al Ramadi, asediada desde hace varios días por el EI ante la impotencia de las autoridades de Bagdad, se hizo efectiva después de que hoy cayeran en sus manos de forma consecutiva la sede de la Comandancia Militar de Al Anbar, situada en el oeste de la ciudad y el cuartel de la VIII Brigada del Ejército, el último reducto que seguía bajo poder de las fuerzas gubernamentales. Por su parte, el EI, que anunció la caída de Al Ramadi en un comunicado difundido en varios foros yihadistas, reveló que decenas de soldados iraquíes murieron durante los combates.