El príncipe entre los tenores hizo historia en el TIM. Luego de una breve introducción de la Camerata de Coahuila, en el escenario del Teatro Isauro Martínez, hizo presencia anoche el tenor mexicano Javier Camarena, elegante, sencillo y con el corazón en la mano, derrochó lo que le sobra, voz y talento.
Una voz privilegiada para un recinto de lujo. El inicio, discretamente encantador, una obertura de Romeo y Julieta en la que el príncipe Camarena presumió un gran registro, capacidad escénica y una presencia magistral.
Y es que luego de dos meses de haber estado en silencio y apartado de los escenarios, Camarena llegó a Torreón con la disposición de los grandes para ofrecer una función memorable.
Un tenor con tablas de roble, que incluso antes de la mitad del concierto, con una extraordinaria interpretación de la Hija del Regimiento de Donizetti, puso al público de pie, "no me pidan bis que aún falta", dijo sonriente el cantante mexicano, que cerró la primera parte del concierto con una exquisita Donna é mobile.
Acompañado de una orquesta que se portó a la altura del invitado, especialmente con los chelos y las violas, la gala operística de anoche seguramente se inscribió como uno de los mejores conciertos de la historia de la región.
"Vivimos un momento complicado en México, pero es cierto que sólo el arte y la educación puede salvar a este país", dijo el tenor que agradeció a los laguneros, los organizadores del concierto y los patrocinadores que le permitieron llegar a Torreón a dejar su corazón.
Durante su mensaje el tenor envió saludos y bendiciones a los asistentes a la Plaza Mayor, especialmente a los niños del coro que abrieron el concierto, a quienes pidió nunca dejen de cantar.
En el intermedio, Javier Camarena recibió de manos de Luisa Villegas y Gabriela Romero, integrantes del patronato de Camerata de Coahuila, un reconocimiento elaborado por Tane, con la inscripción:
"Por inspirarnos a los laguneros con tu ejemplo de persistencia y lucha contra la adversidad. Por demostrar que el arte redime sociedades".
La voz del tenor regresó con la obertura de Rossini, una coqueta obra que permitió a Javier Camarena mostrar una capacidad técnica envidiable, así como la naturalidad y destreza que han sido su sello.
La misma obra de Rossini con la que Camarena se robó las ovaciones de la crítica especializada de España y Estados Unidos, "L'italiana in Algeri", retumbó anoche en todos los rincones del Martínez, ante un público que se volvió a poner de pie después de un increíble registro.
De repente el tenor salió de nueva cuenta al escenario para cantarle a las madres laguneras Las Mañanita y felicitarlas por su día, en esta ocasión con más de 700 voces de coro, las mismas que llenaron el teatro y las que el propio tenor invito dirigió.
Es indiscutible que Camarena no sólo derrocha voz y talento, sino simpatía, se aleja de esa figura típica del tenor rígido y cuadrado, bromea con el público, disfruta y se da permisos como los de dedicar a su público canciones como "Alma mía" de María Grever. Y es que además en voz del príncipe entre tenores, toda canción adquiere otra dimensión.
Fue el propio tenor quien le preguntó a los laguneros si querían otra, después de dar bendiciones a los laguneros, la voz que ha sido aclamada en los escenarios más importantes del mundo cerró con un emotivo collage de música popular en el que cantó y puso a cantar al teatro.
Minutos enteros de miles de laguneros aplaudiendo, en el teatro y en Plaza Mayor donde se trasmitió el concierto, no bastaron para reconocer la grandeza del Príncipe entre tenores, Javier Camarena.
¿Sabías que...
El príncipe entre tenores, Javier Camarena, cantó durante dos horas y el concierto fue transmitido en vivo en la Plaza Mayor y por el Canal 22?
'Quiero agradecerles por estar está noche aquí, yo vine a dejarles mi corazón y espero aquí se quede”. - JAVIER CAMARENA, Tenor mexicano
