'Nole' requirió de tres horas y 39 minutos para imponerse por parciales de 7-6 (7/5), 6-7 (4/7), 6-3 y 6-0 y así conquistar su quinto título aquí, cuarto en los últimos cinco años. (EFE)
El tenista serbio Novak Djokovic repitió la dosis al británico Andy Murray en la final del Abierto de Australia y en esta edición 2015 se volvió a coronar con el escocés de víctima en Melbourne Park.
Murray pisó la Rod Laver Arena por cuarta vez en su trayectoria para disputar el título y otra vez se quedó con las ganas de alzar la Norman Brookes Cup, la primera vez cayó ante el suizo Roger Federer y en las siguientes su verdugo fue "Nole".
CINCO EN AUSTRALIA
El serbio hizo valer su condición de número uno del mundo y aunque fueron muy igualados los dos primeros sets, al final se quedó con la victoria con parciales de 7-6 (7-5), 6-7 (4-7), 6-3 y 6-0, lo que significó su quinto "grande" en Australia, octavo en general.
Tres horas y 39 minutos necesitó el balcánico para quedarse con la victoria en un accidentado partido y no por los dos jugadores, sino que un par de aficionados se metieron a la cancha con una pancarta de protesta durante el segundo set, lo que provocó una movilización de la seguridad para proteger a los tenistas.
Las dos primeras mangas fueron maratónicas con dos horas y 32 minutos de partido, ambas se fueron al "tie break" ganado uno por bando por lo que el encuentro era digno de una final con diversos peloteos que tuvieron expectantes a los presentes, no obstante, en los otros dos capítulos, Djokovic impuso su autoridad.
JORNADA EXIGENTE
El buen juego de "The Djoker" se sumó al cansancio que presentó Murray tras hacer frente en los primeros episodios, su agotamiento se notó en sus saques, que si bien llegó a tener una media de 134 kilómetros ese potencial resultó pobre ante los 158 km de su rival. Incluso el potencial del británico fue más bajo que lo que se mostró en víspera durante la final femenil.
Andy llegó a estar 4-2 en la muerte súbita del primer set, hecho que pagó caro al permitir la reacción de Novak a pesar de que ganó la segunda manga, prácticamente acabado, el serbio aprovechó cada error del contrario para un contundente 6-3 y 6-0 y su octavo Grand Slam en mano.
Murray padeció nueve roturas, apenas 41 "winners", un pobre 34 por ciento en su segundo servicio y tres dobles faltas, lo que habló de su mal accionar en el cierre del cotejo. Novak Djokovic, sin estadísticas avasalladoras se impuso.
"Nole" logró ocho "aces" por 10 del escocés, tuvo 65 por ciento de efectividad en su servicio, 53 tiros ganadores y 40 errores no forzados, para afianzarse en la cima del ranking mundial de la Asociación de Tenistas Profesionales, mientras que Murray ascendió con este subcampeonato al cuarto escalón.
CRISIS FÍSICA
"Ambos, por supuesto, hemos pasado por algunos momentos físicamente duros. Yo he pasado por una crisis física durante 20 minutos, al final del segundo set y al principio del tercero. Me encuentro muy cansado y necesito algo de tiempo para recuperarme y volver a la pista", dijo.
Manifestó que el partido contó con muchas emociones, y respecto al tema físico aclaró que no tuvo calambres y tampoco requirió de la asistencia médica, sólo "comencé a golpear más la bola, a jugar puntos más cortos y me permití volver al partido".
Dijo que el encuentro fue agotador, parecido a la final que disputaron el 2013, por lo que debió tomar un respiro para "recargarme, después de eso sentí un gran alivio, el impulso quedó de mi lado".
El número uno del mundo dejó entrever que el primer Grand Slam de la temporada es su torneo favorito, ya que "por el momento es de lejos el más exitoso de mi vida, de mi carrera. Disfruto jugando aquí, disfruto volviendo".
Finalmente, el jugador, quien acumula récord de 47-3 en Australia desde que se coronó en 2008, es el máximo ganador de títulos en la era Open y "ser mencionado en el grupo de élite de leyendas en nuestro deporte es un privilegio y un honor".
