por Mónica Medel
México.- El templo de Quetzalcóatl, el más importante del complejo arqueológico de Teotihuacán, situado al noroeste de la capital mexicana, corre el riesgo de desaparecer debido al deterioro ocasionado por la humedad en los últimos años.
"Hay algunas piedras que notoriamente se están deshaciendo, pero estamos viendo las causas y frenando el deterioro", afirmó hoy a EFE el coordinador de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Alejandro Martínez.
El templo de Quetzalcóatl tiene su fachada repleta de esculturas de la serpiente emplumada y Tláloc, los principales dioses de las culturas prehispánicas de Mesoamérica, y forma parte de los 22 kilómetros cuadrados que componen la ciudadela de Teotihuacán ("El lugar de los dioses", en lengua indígena).
Martínez señaló que un diagnóstico de los arqueólogos del complejo concluyó que la principal causa del deterioro es la filtración de agua, en época de lluvias, desde edificios ubicados al norte del templo.
El líquido acumulado se desliza directamente hacia Quetzalcóatl debido a una pendiente natural y es absorbido por las piedras desde el suelo.
Martínez atribuyó la filtración a unas exploraciones que se hicieron en la década de los 80 en el área, en las que se removieron escombros y tierras alrededor para descubrir otros edificios y quedaron muchos pisos rotos.
"Suponemos que por ahí se está filtrando el agua. Buena parte de la que cae del lado norte pasa por debajo del templo de Quetzalcóatl, parece que ésa es la causa del deterioro", dijo.
Para remediar el problema, se está intentando canalizar las aguas hacia otro sector.
Para ello, se ubicó el sistema de drenaje que construyeron los teotihuacanos y que funcionó durante el año 100 y 600 de esta era, cuando la ciudad contaba con 250.000 habitantes de distintas etnias.
"Se buscó el canal antiguo y se está sacando el agua y, además, vamos a sellar los pisos que están rotos del lado norte del templo. Eso va a controlar mucho la humedad que afecta al edificio", explicó el arqueólogo.
Uno de los factores que ha ayudado a no ahondar el problema es que el público no tiene acceso directo a las ruinas y sólo puede visitarlas a través de una pasarela.
La canalización de las aguas y el sellado de pisos continuará hasta los primeros meses del próximo año, cuando, ya concluida la temporada de lluvias, está previsto que se inicien los trabajos de restauración de las esculturas.
Alejandro Martínez hizo hincapié en que el templo de Quetzalcóatl es "el único de importancia" afectado por esta causa en todo el complejo arqueológico.
Sin embargo, admitió que "existen algunos problemas menores en otras construcciones derivados de la antigua arquitectura teotihuacana".
Justo en la unión de las escalinatas con el cuerpo de las plataformas o pirámides han aparecido manchas oscuras de humedad, indicó.
"Algo del sistema constructivo prehispánico produce esa humedad, no sabemos si es por falta de aire o sol y no es grave en ningún edificio, salvo en templo el de Quetzalcóatl, porque es una fachada hecha a base de esculturas", dijo.
En la época prehispánica, el templo de Quetzalcóatl estaba cubierto por otra plataforma, lo que permitió su conservación hasta hoy.
Entre 1915 y 1920 se sacó esa fachada y salió a la luz la actual cara que exhibe el templo.
Teotihuacán es la zona arqueológica más importante del altiplano mexicano tanto por su extensión como por la cantidad de monumentos que reúne.
La ciudad se edificó entre el año 100 y el 550 de esta era, y en su época de apogeo, hacia el año 450.
Sin embargo, la ciudad fue desocupada hacia el año 600 por razones que se investigan, ya que los teotihuacanos no dejaron escritura ni pruebas sobre su historia.
El centro ceremonial, que incluye la Calzada de los Muertos, las pirámides de la Luna y el Sol y el templo de Quetzalcóatl, es la única parte que se conserva, ya que el resto está bajo fábricas y zonas residenciales de la periferia de la capital mexicana.
EFE
