Vigilancia. Los policías cumplen con una importante lavor de vigilancia y protección en la ciudad.
"Ser policía es un trabajo muy difícil en Torreón, pero lo hacemos con mucho gusto", dice sonriente el comandante de la Policía de Torreón Rolando Castañeda Ruiz, quien tiene a su cargo la vigilancia del sector Sur de la ciudad.
Ruiz sabe que este 2 de enero se conmemora a nivel nacional el Día del Policía, y asegura que lejos de festejar la fecha lo que toca es "trabajar para proteger a la ciudadanía".
Hasta hace siete años Rolando Castañeda no tenía claro su futuro, la falta de oportunidades y situaciones personales lo obligaron a dedicarse a vender dulces y golosinas en los camiones de ruta de Torreón, las pocas ganancias las utilizaba para salir adelante con diversas dificultades, entre las que se encontraba ayudar constantemente a su familia.
Sin embargo, el deseo de salir adelante lo llevó a buscar otra actividad donde pudiera explotar su potencial de servicio de manera digna, fue así que una carrera policial "se le cruzó en el camino".
"Yo siempre le platico a la gente lo que hacía para salir adelante, hay detenidos que me ponen como pretexto que roban o hacen daño a los demás por la falta de oportunidades, es ahí donde les digo que sí se pueden hacer las cosas bien... un día iba caminando y pasó una patrulla, les pregunté a los agentes sobre sus trabajos y pues desde ahí, todo lo demás es trabajo y dedicación".
Los resultados de Rolando Castañeda como agente preventivo lo llevaron a escalar peldaños rápidamente en el organigrama de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, el buen trato con sus compañeros y una actitud de respeto con la ciudadanía lo colocaron en cargos de supervisión de grupos y finalmente en la coordinación de todo el sector Sur.
"Siempre trato de estar al pendiente de los agentes, que mi gente sepa que todos estamos en lo mismo, que hay que bajar los índices delictivos y que la ciudadanía se sienta segura... lo mejor que uno tiene es que le agradezcan por su trabajo, por haber detenido a algún asaltante, queremos cambiar mucho también la actitud de los agentes, estar más enfocados en el lado humano, tratar a todos con humildad y respeto".
El comandante Castañeda señala que el momento más complejo de su carrera fue durante la tarde del 20 de agosto de 2011, cuando se desató una balacera a las afueras del Territorio Santos Modelo y tenía a su cargo a varios elementos preventivos, "ver a toda la gente gritando y corriendo, que compañeros míos resultaron heridos... ahí sí pensé que no iba a sobrevivir".
Fuera del uniforme y la placa, la vida de Rolando Castañeda gira en torno a sus hijos y su esposa, a quienes asegura que dedica todos sus esfuerzos, "ante todo soy un ser humano, los abrazo y el mejor día es el siguiente, cuando logro llegar vivo con ellos".
