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Amarga Belleza / Expresiones del mundo de hoy

Sonia Maeda Martínez

Una nueva forma de acercarnos al arte contemporáneo

Obras que reinventan, juegan con conceptos e ideas, para romper con lo establecido de manera subversiva, buscando desestabilizar lo que ya se conoce, ironizando las costumbres y las tradiciones artísticas.

Torreón, Coah.- Con la disposición de ver más allá del simple objeto, de tener una actitud contemplativa sensible, simple y natural, podemos acercarnos a la obra de veintidós artistas de nuestro tiempo que exponen a partir de hoy, innovadores conceptos de belleza “como un territorio aún posible de comunión, de autosacrificio y de verdad” como dice Osvaldo Sánchez, curador de la muestra, en el Museo Regional de La Laguna. En esta exposición, las estructuras son tan importantes como las obras. Ambas –estructuras y obras- se relacionan entre sí, en una nueva interactividad que pretende barrer con la noción de autonomía absoluta de las obras. Relación de las piezas, que incluye el tiempo real, mezcla de sonidos, los recursos que ofrecen las diferentes disciplinas, en donde la novedad inteligente sigue siendo el motor de la creación.

Si existe algo difícil de definir es el concepto de arte y mucho más, lo que es arte contemporáneo. Las expresiones artísticas se dan a partir de vivencias, de la postura asumida frente al entorno por una persona –el artista-, en una congruencia indivisible con el arte mismo, de tal manera que puede expresar la tensión que existe entre las preocupaciones de la sociedad y en particular de los artistas, quienes ocasionalmente filtran, de mil modos un tanto crudos, la angustia del presente.

Por ello, establecer características perfectamente definidas y sistemáticas, de lo que son las categorías estéticas del arte contemporáneo, ofrece gran dificultad, entre otras cosas por la gran diversidad de movimientos artísticos, que han supuesto la máxima originalidad de las obras, por ser expresiones de un individuo en particular. Así que no es posible reducir el arte a un mensaje social solamente. Una obra contemporánea no es un tema, un contenido, un motivo o un móvil. Es una conciencia aguda, sofisticada y comprometida. Obsesionan las resonancias poéticas, artísticas, políticas y antropológicas de los diversos modos de expresión, por los cuales las civilizaciones han acarreado y almacenado historias. El artista de hoy no está muy preocupado por hacer una obra que sea adorada por un museo. Más bien se preocupa por crear instalaciones o performances, íconos e imágenes que tengan una relación más directa con el presente. Ahora los artistas y sus planteamientos deben ser cuestionadores de los cánones establecidos del arte. Su obra, por lo tanto, es un diálogo entre las sociedades y su cultura, en un espacio determinado.

Así, en el arte contemporáneo hay nuevos conceptos de calidad, de belleza, que no están determinados por antiguos paradigmas. Es el concepto de belleza que se reúne en muchas voces –formas-, con el tremendo vacío y la consternación del mundo actual. Entra en la tierra, se arraiga, con una infinita libertad de creación y con una gran versatilidad.

El arte contemporáneo posee conceptos que llevan en sí mismos la noción del tiempo. Los artistas pueden volver su mirada escudriñadora hacia el pasado, para revivir facetas, modelos, visiones y así recrearlas en el presente. Se respeta el pasado y por eso se reinventa el objeto. En él pesa mucho el concepto, el lenguaje, la imagen fotográfica y videográfica, los materiales diversos, con una gran carga connotativa (de contenidos) y semiótica (llena de símbolos) y muy rica en lenguajes no verbales. Son obras inteligentes que requieren siempre la sensibilidad, la astucia y la perspicacia por parte del espectador. Por esta razón se le ha dado en llamar también arte experimental, basado en su originalidad y la idea de progreso, lo que permite total libertad en la intención de comunicar. Se experimentan las ideas, emociones, estados de ánimo, luces y colores, con la libre utilización de la materia, que les da forma concreta.

En el arte contemporáneo, la obra queda abierta y el significado que pueda agregar el espectador tiene mucho peso en ella. La obra contemporánea posee un encanto especial, como si del cuadro emergiera un anzuelo que captura a la persona y la consume en la obra. Generalmente este “gancho” es audaz y genera mucha tensión para aprehender los conceptos, siendo esta la razón de que muchas personas no entiendan la obra contemporánea, pues se requiere tiempo y disposición para que ese valor estético –la obra- se disfrute, se perciba y se interprete. En la percepción del arte no influye solamente el objeto estético que contemplamos sino también el desarrollo de una cierta sensibilidad y disposición para su apreciación, pues el arte de nuestro tiempo ya no es la imitación de la naturaleza, ni una mera expresión de la realidad. Hoy se empieza a considerar el arte como construcción, es decir, como producto humano inmerso en un proceso y un contexto que le da sentido. La consagración del artista contemporáneo ya no es por una obra genial, sino por un trabajo, por una trayectoria, por su evolución en relación a los problemas que se plantea y también por las soluciones que aporta en relación al contexto en que se mueve.

Arte de controversia

La obra de los artistas contemporáneos tiende a provocar la polémica, se comenta y discute larga y reiteradamente. En 1987 a Andrés Serrano se le ocurrió fotografiar un crucifijo de madera y plástico inmerso en un líquido color ámbar –su propia orina-, jamás pensó que dos años después esa imagen encendería una feroz controversia. La obra: Piss Christ. Gilbert & George han trabajado juntos como “esculturas vivas” con temas como el alcoholismo, los despojos humanos y la homosexualidad. La fotógrafa Nan Goldin salta a la fama en 1989 con la serie fotográfica The ballad of sexual dependency, crónica lúgubre y desgarrada de la noche de los años setenta y ochenta que despierta una gran polémica, pues por su lente pasan drogadictos, homosexuales y drag queens.

Igualmente Reinaldo Laddaga “Tunga”, como constructor de los objetos, creador de performances e inventor de ficciones, es el autor de Palindromo incesto obra difícil de describir y de mirar, pues exhibe tres enormes dedales de metal, con la superficie de hierro expuesta, uno cubierto de hojas delgadas de cobre, otro con limaduras y el tercero con trozos de imán adheridos a su superficie, unidos por manojos de hilos de cobre que sostienen también enormes agujas de coser, rectas y curvas, además de tres termómetros de vidrio llenos de mercurio. Alude a lo femenino, a la mujer violentada por su propio origen. Isla Vacía es una obra de Thomas Glassford que iba a ser lanzada al mar en la bahía, en una acción especial como homenaje a los balseros cubanos, sin embargo esto no fue permitido por las autoridades, tanto de los Estados Unidos como de Cuba. No se diga la controversia que levanta la obra de Gerardo Suter. En junio de 1995 presentó Anáhuac, una serie de ocho imágenes impresas en acetato de gran formato, dos videos, una obra de internet, una instalación y cuatro imágenes de construcción digital, en la que la metáfora del desarraigo cultural, la erosión ecológica y la devastación espiritual de México, ceden su protagonismo al viaje como metamorfosis, como paisaje metafísico constituido por esos cuerpos devastados. Oliverio Toscani es uno de los artistas de la imagen más controvertidos de los últimos tiempos. Como fotógrafo de la firma Benetton tuvo la oportunidad de ver más allá de donde ven los demás y levantó gran polémica con la imagen de una bebé recién nacida gritando, todavía manchada de sangre del parto y con el cordón umbilical sin cortar. Según la crítica es irreverente, altera la tradicional selección y armonía de los colores en la publicidad, pero ha creado un estilo nuevo que revoluciona al arte. También Félix González-Torres innova los conceptos de belleza y de realidad en su obra El joven amante en la que las imágenes impresas en hojas individuales –que los espectadores pueden llevar consigo-, muestran mórbidamente el atrofiamiento de los cuerpos de las víctimas del SIDA. El arte contemporáneo, polémico y controvertido, ofrece una meditación de la condición y posibilidades del mundo de hoy, con múltiples lecturas que van más allá de las formas y el simple conceptualismo.

Los artistas

Andrés Serrano

Nueva York, E.U.A., 1950

Fotografía

Jan Vercruysse

Ostende Bélgica, 1948

Instalación y fotografía

Gilbert Proesch y George Passmore

Austria, 1943 y Totnes, Inglaterra, 1942

Performance, esculturas vivas y fotografía

Hiroshi Sugimoto

Tokio, Japón, 1948

Fotografía

Thomas Ruff

Zell am Hamersbach, Alemania, 1958

Fotografía

Richard Long

Bristol, Inglaterra, 1945

Escultura

Richard Deacon

Bangor, Gales, 1949

Escultura

Nan Goldin

Washington, E.U.A., 1953

Fotografía

Reinaldo Laddaga, Tunga

Brasil, 1952

Escultura y performance

Frank Ghery

Toronto, Canadá, 1929

Arquitectura e instalación

Issey Miyake

Hiroshima, Japón, 1938

Diseño de modas y arte textil

Thomas Glassford

Laredo, Texas, E.U.A., 1963

Instalación y escultura

Gerardo Suter

Buenos Aires, Argentina, 1957

Fotografía, video e instalación

Oliverio Toscani

Italia, 1942

Fotografía

Félix González-Torres

Guáimaro, Cuba, 1957-1996

Arte conceptual y fotografía

Herb Ritts

Los Ángeles, California, E.U.A., 1952

Fotografía

Robert Mapplethorpe

Long Island, E.U.A., 1952

Fotografía

Yasumasa Morumura

Osaka, Japón, 1951

Performance y fotografía

Gary Hill

Woodstock, Nueva York, E.U.A., 1951

Escultura y video

Martin Puryear

Estados Unidos, 1941

Escultura en madera

Michell Epstein

Estados Unidos, 1952

Arte conceptual

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