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ARMANDO FUENTES AGUIRRE (CATÓN) 5 abr 2022 - 07:44

ME HABRÍA GUSTADO CONOCER A IGNACIO SÁNCHEZ MEJÍAS, MATADOR DE TOROS.

García Lorca lo inmortalizó en un poema. La mejor manera que un torero tiene de inmortalizarse es que lo mate un toro. A Ignacio lo mató uno, "Granadino" que le desgarró el muslo derecho.

A más de ser torero Sánchez Mejías fue poeta. Todos los toreros lo son. Cada una de sus faenas es un poema de vida y muerte. Pero el diestro sevillano alternó en la poesía con Federico, y además con Rafael Alberti, Gerardo Diego, Luis Cernuda. Se dice que él fue quien dio nombre a la llamada generación del 27.

Creo recordar unos versos que Sánchez Mejías dedicó a su pequeña hija:

Diez mil toros mataría

por quitarte una pena, niña mía.

Cien mil toros mataré

Para que nunca sepas lo que sé.

Me habría gustado conocer a Ignacio Sánchez Mejías.

Fue torero y fue poeta.

Eso es ser dos veces torero y dos veces poeta.

¡Hasta mañana!...

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