Ivonne acudía al Hospital General de Torreón, en visitas largas acompañadas de cuidado hacia un desconocido.
¿Vivir sin existir?, o sencillamente esperando el final…Luis Carlos murió ayer lunes en la cama 52 del Hospital General. Tenía 15 años sin ver a su familia, a la que dejó en Chihuahua por un problema muy fuerte del cual nunca abundó. Sus últimos años los vivió en Torreón, deambulando principalmente por la parte Centro, en calidad de indigente.
Esta es la historia de amor al prójimo y grito de necesidad de Fabiola Ivonne Reyes Berumen y Luis Carlos Rodríguez Terrazas, iniciada hace mes y medio en un encuentro inesperado, ocurrido una noche fría en las afueras de una farmacia ubicada por la Plaza de Armas. Ese tipo de historias que sólo aparecen resumidas como pesquisas, ayuda social o sencillamente un desconocido más que abandona el mundo.
Ivonne pertenece a un Centro Cristiano llamado Siloé (nombre de un monte santo), y trabaja como secretaria en un despacho jurídico en Torreón. Hace mes y medio acudió a una farmacia a surtir una receta y afuera, tratando de dormir sobre la banqueta observó a una persona.
Se acercó a él y le preguntó por su familia, él le contestó que estaban en Chihuahua, pero hacía como 15 años que no los veía. "Me fui a mi casa y regresé con cobijas y un chocolate caliente, para dárselo", dijo la joven secretaria.
Ivonne recuerda que durante varios días, ya no lo volvió a ver, pero en el libro del destino, estaba escrito el reencuentro que se dio en la Plaza Mayor, donde Luis Carlos pasaba la noche y el frío sobre una de las bancas. Ivonne lo visitaba en ese lugar para llevarle un chocolate y pasaba largo rato platicando con él.
"En Chihuahua trabajaba vendiendo dulces regionales, pero tuve un problema familiar muy fuerte y decidí salir sin pensar regresar", decía en sus diálogos, que se suspendían cuando se le preguntaba por el lugar preciso al cual se le podía llevar en ese estado fronterizo… no quería regresar, era obvio.
Luis Carlos le dijo a Ivonne su nombre completo, que tenía 67 años de edad, que tenía tres hijas -Ana Karen, Ana Yanci y Karla Ivonne Rodríguez Torres--, además de algunos hermanos Fernando, Víctor, Martha y Alma Rosa, que era divorciado y su exesposa se llama Ivonne Torres Caballero, todos de Chihuahua.
En algún momento, sólo ofreció números de celulares, pero al marcarlos, nunca contestaban.
Una tarde-noche, Ivonne llegó a la banca de la Plaza Mayor y lo encontró tirado en el suelo, un trabajador de limpieza le informó que así tenía ya tres días, con fiebre y que habían ido socorristas de la Cruz Roja, pero sólo le prestaron los primeros auxilios y ahí lo dejaron.
En esa virtud, Ivonne le pidió el apoyo a los integrantes del Centro Cristiano al que pertenece y entre varios voluntarios lo llevaron a una finca ubicada en la calle Rodríguez entre avenida "B" y el bulevar Independencia, donde le acondicionaron un espacio, con un colchón, ropa y colchas, pero su estado físico empeoró.
Un licenciado le aconsejó a Ivonne que mejor diera aviso a la autoridad y se evitara un problema y "tenía razón", reconoce.
Tomamos la determinación de avisar a Derechos Humanos, donde José Luis García, pidió el respaldo de Protección Civil y fue trasladado al Hospital General.
"En este lugar se carece de medicamento y como yo me responsabilicé de su estancia en este lugar, a mí me pedían la medicina que requería Luis Carlos y con ayuda de otras personas, compramos lo requerido, a veces era surtir recetas muy caras, pero se juntaba el dinero, reconoce.
El encuentro y el diálogo entre estas dos personas, continuó en el Hospital General, a donde Ivonne acudía en visitas largas acompañadas de cuidado hacia un desconocido, por el cual se demostró el amor que se le debe tener al prójimo.
Luis Carlos permaneció en el Hospital General por espacio de 20 días, pero ayer lunes murió, dejando muchas dudas y lejos de su familia que hasta ayer -lunes por la noche--, ignoraba lo ocurrido.