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Un arcoíris radiante apareció en el cielo  encima de donde se encontraba el papa Benedicto XVI orando por las víctimas del Holocausto en el ex campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. 

El pontífice alemán estaba rezando bajo la lluvia sobre placas que recuerdan a los aproximadamente 1.5 millones de personas asesinadas en el campo durante la Segunda Guerra Mundial cuando, repentinamente, dejó de llover, salió el sol a través de las nubes y pudo apreciarse el arcoíris encima de los edificios y del alambre de púas del extenso lugar. 

No estaba claro si el pontífice se percató del fenómeno meteorológico, pues tenía la cabeza inclinada en oración en dirección opuesta. Pero algunos de los sobrevivientes al horror nazi y otros que asistieron a la solemne ceremonia observaron el arcoíris en silencio. 

En el Antiguo Testamento, un arcoíris era la señal dada por Dios a Noé de que no acabaría con la vida en la Tierra con otro diluvio.

Un arcoíris radiante apareció en el cielo encima de donde se encontraba el papa Benedicto XVI orando por las víctimas del Holocausto en el ex campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. El pontífice alemán estaba rezando bajo la lluvia sobre placas que recuerdan a los aproximadamente 1.5 millones de personas asesinadas en el campo durante la Segunda Guerra Mundial cuando, repentinamente, dejó de llover, salió el sol a través de las nubes y pudo apreciarse el arcoíris encima de los edificios y del alambre de púas del extenso lugar. No estaba claro si el pontífice se percató del fenómeno meteorológico, pues tenía la cabeza inclinada en oración en dirección opuesta. Pero algunos de los sobrevivientes al horror nazi y otros que asistieron a la solemne ceremonia observaron el arcoíris en silencio. En el Antiguo Testamento, un arcoíris era la señal dada por Dios a Noé de que no acabaría con la vida en la Tierra con otro diluvio.

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Benedicto XVI visita Auschwitz-Birkenau

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Un arcoíris radiante apareció en el cielo  encima de donde se encontraba el papa Benedicto XVI orando por las víctimas del Holocausto en el ex campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. 

El pontífice alemán estaba rezando bajo la lluvia sobre placas que recuerdan a los aproximadamente 1.5 millones de personas asesinadas en el campo durante la Segunda Guerra Mundial cuando, repentinamente, dejó de llover, salió el sol a través de las nubes y pudo apreciarse el arcoíris encima de los edificios y del alambre de púas del extenso lugar. 

No estaba claro si el pontífice se percató del fenómeno meteorológico, pues tenía la cabeza inclinada en oración en dirección opuesta. Pero algunos de los sobrevivientes al horror nazi y otros que asistieron a la solemne ceremonia observaron el arcoíris en silencio. 

En el Antiguo Testamento, un arcoíris era la señal dada por Dios a Noé de que no acabaría con la vida en la Tierra con otro diluvio. Un arcoíris radiante apareció en el cielo  encima de donde se encontraba el papa Benedicto XVI orando por las víctimas del Holocausto en el ex campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. 

El pontífice alemán estaba rezando bajo la lluvia sobre placas que recuerdan a los aproximadamente 1.5 millones de personas asesinadas en el campo durante la Segunda Guerra Mundial cuando, repentinamente, dejó de llover, salió el sol a través de las nubes y pudo apreciarse el arcoíris encima de los edificios y del alambre de púas del extenso lugar. 

No estaba claro si el pontífice se percató del fenómeno meteorológico, pues tenía la cabeza inclinada en oración en dirección opuesta. Pero algunos de los sobrevivientes al horror nazi y otros que asistieron a la solemne ceremonia observaron el arcoíris en silencio. 

En el Antiguo Testamento, un arcoíris era la señal dada por Dios a Noé de que no acabaría con la vida en la Tierra con otro diluvio.

Un arcoíris radiante apareció en el cielo encima de donde se encontraba el papa Benedicto XVI orando por las víctimas del Holocausto en el ex campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau.


El pontífice alemán estaba rezando bajo la lluvia sobre placas que recuerdan a los aproximadamente 1.5 millones de personas asesinadas en el campo durante la Segunda Guerra Mundial cuando, repentinamente, dejó de llover, salió el sol a través de las nubes y pudo apreciarse el arcoíris encima de los edificios y del alambre de púas del extenso lugar.


No estaba claro si el pontífice se percató del fenómeno meteorológico, pues tenía la cabeza inclinada en oración en dirección opuesta. Pero algunos de los sobrevivientes al horror nazi y otros que asistieron a la solemne ceremonia observaron el arcoíris en silencio.


En el Antiguo Testamento, un arcoíris era la señal dada por Dios a Noé de que no acabaría con la vida en la Tierra con otro diluvio.Fotos: AP 29 de mayo 2006.

publicada el 29 de mayo de 2006

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