Un recorrido por la villa de Tarará permite observar a los pequeños, quienes diariamente se trasladan al hospital especializado --algunos con sus cabezas cubiertas, otros completamente calvos-- o caminan hacia la playa para tomar curativos baños de Sol.
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Un recorrido por la villa de Tarará permite observar a los pequeños, quienes diariamente se trasladan al hospital especializado --algunos con sus cabezas cubiertas, otros completamente calvos-- o caminan hacia la playa para tomar curativos baños de Sol.
Un recorrido por la villa de Tarará permite observar a los pequeños, quienes diariamente se trasladan al hospital especializado --algunos con sus cabezas cubiertas, otros completamente calvos-- o caminan hacia la playa para tomar curativos baños de Sol.Foto: EFE
26 de abril de 2006