Los vendedores ambulantes esperaban desde temprano con gorras, paquetes de agua y botanas, pulseras, sombrillas, discos y películas “piratas”, dulces, gorditas, tacos, nieve, paletas, y todo lo que pudieran necesitar los caminantes. El alcalde leía el misal en silencio, en ocasiones conversaba con su hijo.
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Los vendedores ambulantes esperaban desde temprano con gorras, paquetes de agua y botanas, pulseras, sombrillas, discos y películas “piratas”, dulces, gorditas, tacos, nieve, paletas, y todo lo que pudieran necesitar los caminantes. El alcalde leía el misal en silencio, en ocasiones conversaba con su hijo.
Los vendedores ambulantes esperaban desde temprano con gorras, paquetes de agua y botanas, pulseras, sombrillas, discos y películas “piratas”, dulces, gorditas, tacos, nieve, paletas, y todo lo que pudieran necesitar los caminantes. El alcalde leía el misal en silencio, en ocasiones conversaba con su hijo.Foto: EL SIGLO DE TORREÓN
20 DE MARZO DE 2005