En los últimos 21 años, cientos de famosos monumentos de todo el mundo han sido reproducidos en hielo en Harbin, desde la Basílica de San Pedro a las pirámides aztecas o la Catedral de Notre Dame, y el reto es hacer cada año mayores réplicas y con estructuras de ingeniería más complicadas.
No pudo faltar en esta ocasión, como cada año, una copia congelada de la Muralla China, en realidad un tobogán por el que los más atrevidos se pueden deslizar a velocidades vertiginosas.
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En los últimos 21 años, cientos de famosos monumentos de todo el mundo han sido reproducidos en hielo en Harbin, desde la Basílica de San Pedro a las pirámides aztecas o la Catedral de Notre Dame, y el reto es hacer cada año mayores réplicas y con estructuras de ingeniería más complicadas.
No pudo faltar en esta ocasión, como cada año, una copia congelada de la Muralla China, en realidad un tobogán por el que los más atrevidos se pueden deslizar a velocidades vertiginosas.
En los últimos 21 años, cientos de famosos monumentos de todo el mundo han sido reproducidos en hielo en Harbin, desde la Basílica de San Pedro a las pirámides aztecas o la Catedral de Notre Dame, y el reto es hacer cada año mayores réplicas y con estructuras de ingeniería más complicadas.
No pudo faltar en esta ocasión, como cada año, una copia congelada de la Muralla China, en realidad un tobogán por el que los más atrevidos se pueden deslizar a velocidades vertiginosas.Fotos:EFE y Reuters
05 de enero 2004.