Entonces se registraron tres fuertes estallidos que por los brevísimos intervalos en que se sucedieron, pareció uno solo, ocasionando el pánico de quienes estaban en el interior del restaurant, así como de las personas que se hallaban en los negocios aledaños e incluso en automovilistas que en esos precisos momentos pasaban por el lugar.
Las puertas del acceso principal del establecimiento, fueron lanzadas hacia fuera, desprendiéndolas de sus goznes, en tanto que los ventanales se hacían añicos, lanzando una lluvia de vidrios a más de 50 metros del lugar, sobre el bulevar Independencia. Incluso una de las sillas metálicas que se hallaba en el interior, alcanzó el enorme cristal de la agencia de autos Toyota, ubicada frente al restaurant siniestrado, atravesándolo y cayendo encima de un vehículo último modelo.
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Entonces se registraron tres fuertes estallidos que por los brevísimos intervalos en que se sucedieron, pareció uno solo, ocasionando el pánico de quienes estaban en el interior del restaurant, así como de las personas que se hallaban en los negocios aledaños e incluso en automovilistas que en esos precisos momentos pasaban por el lugar.
Las puertas del acceso principal del establecimiento, fueron lanzadas hacia fuera, desprendiéndolas de sus goznes, en tanto que los ventanales se hacían añicos, lanzando una lluvia de vidrios a más de 50 metros del lugar, sobre el bulevar Independencia. Incluso una de las sillas metálicas que se hallaba en el interior, alcanzó el enorme cristal de la agencia de autos Toyota, ubicada frente al restaurant siniestrado, atravesándolo y cayendo encima de un vehículo último modelo.
Entonces se registraron tres fuertes estallidos que por los brevísimos intervalos en que se sucedieron, pareció uno solo, ocasionando el pánico de quienes estaban en el interior del restaurant, así como de las personas que se hallaban en los negocios aledaños e incluso en automovilistas que en esos precisos momentos pasaban por el lugar.
Las puertas del acceso principal del establecimiento, fueron lanzadas hacia fuera, desprendiéndolas de sus goznes, en tanto que los ventanales se hacían añicos, lanzando una lluvia de vidrios a más de 50 metros del lugar, sobre el bulevar Independencia. Incluso una de las sillas metálicas que se hallaba en el interior, alcanzó el enorme cristal de la agencia de autos Toyota, ubicada frente al restaurant siniestrado, atravesándolo y cayendo encima de un vehículo último modelo.Fotos:El Siglo de Torreón
12 de diciembre 2004.