Para Reeve, su condición no sería impedimento para alejarse de la vida pública y en marzo de 1996 asiste en silla de ruedas y valiéndose del respirador artificial, a la ceremonia de los Oscar, donde es aclamado con una emotiva ovación. Ante las adversidades no abandona su objetivo: ayudar a los más necesitados. Y aunque ya no como superhéroe, desde la trinchera del activismo el actor colabora con Unicef y Amnistía Internacional.
Para Reeve, su condición no sería impedimento para alejarse de la vida pública y en marzo de 1996 asiste en silla de ruedas y valiéndose del respirador artificial, a la ceremonia de los
Oscar, donde es aclamado con una emotiva ovación.
Ante las adversidades no abandona su objetivo: ayudar a los más necesitados. Y aunque ya no como superhéroe, desde la trinchera del activismo el actor colabora con Unicef y Amnistía Internacional.Foto: Reuters, AP
11 de octubre de 2004
publicada el 11 de octubre de 2004