Y el niño bostezaba no con discreción, sino con virulencia, como si estuviera obligado a demostrar que le parecía el momento más aburrido de su vida.
Y el niño bostezaba no con discreción, sino con virulencia, como si estuviera obligado a demostrar que le parecía el momento más aburrido de su vida.Bostezos y señales de tedio de un niño de 12 años deshacen maquinaria publicitaria del presidente de EU. Foto: Tomada de local6.com 2 de abril de 2004.
publicada el 02 de abril de 2004