Hay que brindar un fuerte aplauso a los voluntarios y al cuerpo médico que se encargó de atender y masajear a los corredores al final del maratón, quienes llegaban con el rictus del cansancio, después de haber corrido los 42 kilómetros, con los 195 metros.
Hay que brindar un fuerte aplauso a los voluntarios y al cuerpo médico que se encargó de atender y masajear a los corredores al final del maratón, quienes llegaban con el rictus del cansancio, después de haber corrido los 42 kilómetros, con los 195 metros.Foto: Ramón Sotomayor EL SIGLO DE TORREÓN 08 de marzo de 2004
publicada el 08 de marzo de 2004