Las autoridades no habían atendido las llamadas de emergencia durante la balacera pero sí llegaron después a preguntar el porqué de la exhibición. “¡Pues porque no nos miraban!”, argumenta Sánchez Luna. Lograron algo de material para casas de los desplazados pero la violencia continuó.Cuidar de las cabras o las vacas es la actividad diaria de muchos niños indígenas de las montañas de Guerrero, en el sur de México. Pero los días que llega prensa a la comunidad de Ayahualtempa rápido se ultiman los preparativos para un quehacer añadido: el desfile de niños armados.
Autor: AP, publicada el 10 de mayo de 2021