Hicieron del montaje un espacio didáctico que también provocó carcajadas con las ocurrencias de los inquietos cavernícolas y las espontáneas participaciones de niños asistentes que en más de una ocasión intentaron probar su valentía al alimentar a los enormes animales o al estar cerca de ellos.
El telón del Teatro Ricardo Castro se corrió, pero esta vez no había bailarines o un elenco tradicional; ni hablar de la trama poco convencional. Dinosaurios, cavernícolas y un divertido paleontólogo se convirtieron en los protagonistas de un entretenido 'show' que encantó por igual a chicos y grandes.
Autor: LEÓN CARMELO ALVARADO, publicada el 30 de enero de 2019