Cuando una devolución de Halep se fue larga para poner fin al encuentro, luego de más de dos horas y media, Sharapova se puso de rodillas en la pista y se cubrió el rostro con las manos mientras las lágrimas brotaban.
Fue la Maria Sharapova de siempre, en su primer partido de Grand Slam tras una suspensión de 15 meses por dopaje: los agudos aullidos al golpear la bola, el juego agresivo desde el fondo, momentos inseguros con el saque.
Autor: AGENCIAS, publicada el 29 de agosto de 2017