El paso del tiempo, la erosión del viento y sobre todo, la lluvia, desgarraron aún más la debilitada roca.
Y la llegada del hombre blanco a partir del siglo XIX ayudó al colapso. Sin respeto por la historia, el hombre blanco pobló la isla de ovejas, caballos y vacas que hasta hoy frotan sus lomos y defecan sobre los indefensos moai, supuestamente protegidos en un parque nacional que abarca casi toda la isla.
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El paso del tiempo, la erosión del viento y sobre todo, la lluvia, desgarraron aún más la debilitada roca.
Y la llegada del hombre blanco a partir del siglo XIX ayudó al colapso. Sin respeto por la historia, el hombre blanco pobló la isla de ovejas, caballos y vacas que hasta hoy frotan sus lomos y defecan sobre los indefensos moai, supuestamente protegidos en un parque nacional que abarca casi toda la isla.
El paso del tiempo, la erosión del viento y sobre todo, la lluvia, desgarraron aún más la debilitada roca.
Y la llegada del hombre blanco a partir del siglo XIX ayudó al colapso. Sin respeto por la historia, el hombre blanco pobló la isla de ovejas, caballos y vacas que hasta hoy frotan sus lomos y defecan sobre los indefensos moai, supuestamente protegidos en un parque nacional que abarca casi toda la isla.Foto: Reuters