La obra construida en ocho meses está formada por dos grandes espigas de asentamiento que resurgen de la entraña misma de la tierra, tal es su signo, que brota del desierto, de la aridez de la zona.
La obra construida en ocho meses está formada por dos grandes espigas de asentamiento que resurgen de la entraña misma de la tierra, tal es su signo, que brota del desierto, de la aridez de la zona.Foto: Ramón Sotomayor 21 octubre 2003
publicada el 21 de octubre de 2003