Cristo es condenado a muerte, recibe azotes mientras avanza, los niños se asustan, las señoras entrecierran los ojos con cada golpe, pero Federico sigue caminando, junto a todos los católicos que le acompañan en la procesión.
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Cristo es condenado a muerte, recibe azotes mientras avanza, los niños se asustan, las señoras entrecierran los ojos con cada golpe, pero Federico sigue caminando, junto a todos los católicos que le acompañan en la procesión.
Cristo es condenado a muerte, recibe azotes mientras avanza, los niños se asustan, las señoras entrecierran los ojos con cada golpe, pero Federico sigue caminando, junto a todos los católicos que le acompañan en la procesión.Fe y devoción llevaron a más de 20 mil laguneros a presenciar el Vía Crucis viviente del Cerro de las Noas.
Autor: EL SIGLO DE TORREÓN , publicada el 07 de abril de 2012