En la parroquia del Inmaculado Corazón de María había dolor, pero también unión. Una mesa, sobre ella las cenizas de Oliver Hernández, una fotografía y un ramo de flores.
En la parroquia del Inmaculado Corazón de María había dolor, pero también unión. Una mesa, sobre ella las cenizas de Oliver Hernández, una fotografía y un ramo de flores.Fotos: El Siglo de Torreón Miércoles 08 de junio de 2011
publicada el 08 de junio de 2011