Codo a codo caminaron los jóvenes punks con las monjitas, señoras de clase acomodada junto a ancianos que con dificultad debían avanzar y hacían su mejor esfuerzo, como si cada paso fuera parte de un gran sacrificio en pro de la paz.
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Codo a codo caminaron los jóvenes punks con las monjitas, señoras de clase acomodada junto a ancianos que con dificultad debían avanzar y hacían su mejor esfuerzo, como si cada paso fuera parte de un gran sacrificio en pro de la paz.
Codo a codo caminaron los jóvenes punks con las monjitas, señoras de clase acomodada junto a ancianos que con dificultad debían avanzar y hacían su mejor esfuerzo, como si cada paso fuera parte de un gran sacrificio en pro de la paz.Fotos: El Siglo de Torreón.
Viernes 22 de agosto de 2008.