A la misa funeral, asistieron decenas de cardenales y obispos, el presidente de Polonia, Lech Kaczynski; las monjas que cuidaron a Juan Pablo II en su residencia del Palacio Apostólico, y la monja francesa Marie Simon Pierre, de 46 años, que sufría Parkinson, la misma enfermedad que padecía Juan Pablo II, y que dos meses después de la muerte de Wojtyla y tras encomendarse al Pontífice curó de manera inexplicable.
El camino hacia la santidad tiene tres escalones: venerable siervo de Dios, beato y santo.
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A la misa funeral, asistieron decenas de cardenales y obispos, el presidente de Polonia, Lech Kaczynski; las monjas que cuidaron a Juan Pablo II en su residencia del Palacio Apostólico, y la monja francesa Marie Simon Pierre, de 46 años, que sufría Parkinson, la misma enfermedad que padecía Juan Pablo II, y que dos meses después de la muerte de Wojtyla y tras encomendarse al Pontífice curó de manera inexplicable.
El camino hacia la santidad tiene tres escalones: venerable siervo de Dios, beato y santo.
A la misa funeral, asistieron decenas de cardenales y obispos, el presidente de Polonia, Lech Kaczynski; las monjas que cuidaron a Juan Pablo II en su residencia del Palacio Apostólico, y la monja francesa Marie Simon Pierre, de 46 años, que sufría Parkinson, la misma enfermedad que padecía Juan Pablo II, y que dos meses después de la muerte de Wojtyla y tras encomendarse al Pontífice curó de manera inexplicable.
El camino hacia la santidad tiene tres escalones: venerable siervo de Dios, beato y santo.02 de abril de 2007
FOTOS: AP