Cuando Eli Chatfield fue dada en adopción en contra de la voluntad de sus padres, su madre pidió dos cosas a las autoridades: "que me contaran que yo era aborigen y que me bautizaran como católica".Esto es resultado de la Generación Robada" dijo Eli Chatfield, al referirse a los aproximadamente 100 mil niños y jóvenes aborígenes que entre 1910 y 1970 fueron separados por la fuerza de sus familias, dados en adopción o colocados en instituciones religiosas.La religión cristiana es la mayoritaria entre los aborígenes australianos, ya que aproximadamente un 45 por ciento se definen como católicos y otro 45 por ciento como anglicanos, con un escaso uno por ciento que dice procesar religiones tradicionales, indica el censo australiano."Él participó en la entrega final de Jesús al Padre, su regalo de salvación para con nosotros", y esta situación, añadió Campbell, es similar a la que han vivido los indígenas de este país y los pueblos indígenas de todo el mundo."Simón no tenía voz ni voto. Simón, como nuestro Señor, era una víctima", leía la presidenta del Consejo Católico de Aborígenes e Isleños del Estrecho de Torres, Louise Campbell, una indígena de las tierras de Gumdaynggirr, en el norte del Nueva Gales del Sur.Vestían pieles de canguro y llevaban la cara y el cuerpo pintados con ceniza, una señal de duelo en la tradición aborigen, y mientras esperaban la llegada de Jesús al muelle bailaban una danza tradicional del norte de Australia.La séptima estación del Via Crucis continuaba en la pantalla y los presos romanos, entre ellos Simón, el judío oriundo de África que sostuvo la cruz de Jesús, estaban representados, como las mujeres de Jerusalén, por aborígenes australianos.Ahora vive del mineral de hierro y tiene una importante población aborigen, "pero en Australia Occidental no hubo misiones católicas y por eso no hay indígenas en nuestra parroquia", explicó.El pueblo de Karratha nació a finales del siglo XIX con el establecimiento de una estación ganadera."No digo que los aborígenes sigan estando oprimidos en Australia, pero ciertamente viven en condiciones muy difíciles" manifestó el cura de la remota localidad de Karratha en Australia Occidental, que había viajado a Sidney con un grupo de 26 feligreses."Maravilloso. Ellas sufrían porque estaban oprimidas por los romanos. Tiene cierto sentido que hoy sean mujeres aborígenes, es un simbolismo más", manifestó el padre Steven Casey, de la Parroquia australiana de Saint Paul.Cuatro mujeres aborígenes lloraron por Jesús de Nazaret en un espectacular Via Crucis interpretado en Sidney, con la participación del papa Benedicto XVI, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.