Foto: Reuters, EFE
200 Aniversario
21 de octubre de 2005
Los eventos del viernes coronan un año de conmemoraciones de la batallaLa acefalía del trono de España --tanto el rey Carlos IV como su hijo, el príncipe de Asturias quedaron prisioneros en Francia-- hizo que muchos patriotas latinoamericanos exigieran la creación de juntas independientes en diferentes capitales del Nuevo Mundo.Fuertemente debilitada por las secuelas del combate, España mostró a su aliado francés sus problemas a nivel militar. Napoleón aprovechó la circunstancia para invadir dos años después la península ibérica y poner en el trono de España a su hermano José.La derrota tuvo también una influencia indirecta en las independencia de América Latina.Gracias al triunfo en Trafalgar, los británicos pusieron fin a la amenaza de invasión por parte de la Francia de Napoleón Bonaparte.Su cadáver fue guardado en un barril lleno de vino de Jerez para conservarlo intacto hasta su llegada a Londres, donde tuvo uno de los más fastuosos entierros registrados en Gran Bretaña.Nelson fue herido por un francotirador francés a bordo del HMS Victory y agonizó durante varias horas. El almirante pidió a su médico personal que lo bajaran a su camarote con el rostro tapado por un pañuelo, a fin de no ser reconocido por los combatientes. Desde el primer momento supo que iba a morir, y diagnosticó con precisión que una bala se había alojado en su espina dorsal, tras atravesarle el hombro y perforarle un pulmón.La victoria del 21 de octubre del 1805 de 27 buques británicos contra 18 franceses al mando del almirante Pierre de Villeneuve y 15 liderados por el almirante español Federico Gravina fue librada al oeste de Cabo Trafalgar, entre Cádiz y el Estrecho de Gibraltar.Muchos en Gran Bretaña celebraron con nostalgia la época en que el Reino Unido constituía un imperio donde no se ponía el Sol, y que, gracias al mutilado almirante Horatio Nelson, manco, y tuerto, dominaba los mares.Sonaron las campanas a bordo de los buques de guerra británicos en todo el mundo y se pusieron ofrendas florales en el lugar de la batalla que ayudó a asegurar un siglo de supremacía naval británica.La reina Isabel II de Gran Bretaña celebró el viernes el 200 aniversario de la Batalla de Trafalgar con un banquete de salmón ahumado y rosbif a bordo del barco de guerra que condujo a la Armada Real a la victoria contra las flotas de España y Francia.