Recuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarRecuerdan británicos batalla de TrafalgarAcosado por varios navíos ingleses, Churruca fue alcanzado por una bala de cañón en la pierna derecha y falleció desangrado, no sin antes exclamar, casi sin alterarse: "¡Esto no es nada, siga el fuego!"."Yo destacaría de Churruca su pasión, su contacto con la gente, el sentir a la dotación como parte de sí mismo y el buque como un todo", comentó el almirante Palomino.También recordó el almirante a otro héroe español, el brigadier Damian Cosme de Churruca de Elorza, quien mandó en Trafalgar el barco "San Juan Nepomuceno", armado con 74 cañones que vomitaron mucha metralla en el combate.A modo de tributo personal, Francisco Palomino destacó la gran "preparación aquilatada a lo largo de su carrera" de Gravina, quien se opuso al plan de ataque del francés Villeneuve con la frase "no apruebo la salida del puerto (de Cádiz) de la escuadra combinada".El nombre del buque insignia español recuerda aquel otro navío homónimo que, armado con 118 cañones, se batió en Trafalgar a las órdenes del comandante general Federico Gravina y Nápoli, muerto meses después de la batalla a resultas de una herida.La imponente silueta del "Príncipe de Asturias", con seis cazas de despegue vertical "Harrier" y cuatro helicópteros "Seaking" a bordo, se oteaba hoy entre la costa de Portsmouth y la Isla de Wight, no muy lejos del portaaviones francés "Charles de Gaulle".El secretario del comandante, el oficial de navegación Manuel Cervera, precisó que "se tocaron los himnos nacionales español y británico y habrá salvas de ordenanza".La parada marca el inicio de los actos que el Reino Unido ha organizado para conmemorar la batalla, en la que la escuadra inglesa, mandada por el almirante Horacio Nelson, derrotó a la flota combinada hispano-francesa, dirigida por el almirante Villeneuve.Invitada por la Royal Navy (Armada británica), la Marina española ha enviado al desfile su buque insignia, el portaaviones "Príncipe de Asturias", y la fragata de última generación "Blas de Lezo", fondeados ambos en aguas de la citada ciudad del sur de Inglaterra."Estoy segura de que los franceses y españoles son suficientemente adultos como para aceptar que ganamos esa batalla", dijo Tribe. "Estoy en contra de la corrección política. Muy en contra. Hace que parezcamos tontos".Ese detalle irritó a Anna Tribe, de 75 años, descendiente del almirante Nelson, quien calificó la idea de "bastante estúpida".A fin de no herir susceptibilidades, los organizadores decidieron no reproducir con exactitud la batalla en este simulacro, con un vencedor y un vencido, sino que optaron por presentar un combate simbólico entre una nave roja no identificada y otra azul no tripulada.Francia y Gran Bretaña han allanado gran parte de sus diferencias desde entonces y forman parte de la Unión Europea, de modo que sus barcos participarán en la ceremonia al igual que lo harán varias naves españolas. Pero la rivalidad entre ambos países continúa siendo intensa, tal como se advirtió en su reciente disputa acerca del presupuesto de la UE.El simulacro, observado por la reina Isabel II y millares de espectadores, involucraría según los organizadores diez toneladas de pólvora, fuegos artificiales y una réplica de una nave del siglo XVIII que representaría a la fragata Victory, que capitaneó el propio Nelson durante la batalla, y donde el almirante murió al ser alcanzado por un mosquete.Diecisiete barcos de cinco países realizaban un simulacro de batalla naval frente a la costa sur de Inglaterra, con ocasión de celebrarse el bicentenario de la batalla de Trafalgar, durante la cual el almirante Horatio Nelson barrió con las armadas de Francia y España y aseguró a Gran Bretaña el dominio de los mares durante más de un siglo.