Y ahora que Miami se ha convertido en la capital del béisbol, con un equipo que tiene de todo, sólo le haría falta alcanzar la sede del Area de Libre Comercio de las América (ALCA) para convertirse en la capital de América LatinaLuego de terminar el partido, Rodríguez, 10 veces ganador del Guante de Oro, quien se encontraba su decimotercera temporada en las Grandes Ligas, dijo:
"Esto es increíble. Ustedes no saben lo que he trabajado para esto".
Pero ya más sereno agregó:
"Eso es lo que se obtiene por jugar duro. Cuando juegas duro, van a pasar cosas buenas", comentó "Pudge".
"Creo que en este momento tenemos el equipo que muchos quisieran tener, un equipo que puede hacerlo todo: gente que pueden tocar la bola, gente que puede hacer avanzar los corredores, poder en el medio de la alineación", dijo el receptor Rodríguez.Sin embargo, esta historia podría tener su explicación lógica después de todo.En efecto, el manager de los Marlins, Jack McKeon, de 72 años de edad, se hizo cargo del equipo el 11 de mayo, cuando los peces estaban 10 juegos por debajo de la marca de ,500.
Entonces, como un abuelo que se reúne con sus nietos antes de ir a jugar al parque con los chicos duros del barrio, les aconsejó que se relajaran.Esto fue suficiente para que 55.773 espectadores vieran como los Yankees perdían su primera Serie Mundial en casa desde 1981 y la primera por lechada desde que Lew Burdette los pintó de blanco en 1957.
Muchos han querido ver en la historia de los Marlins una especie de repetición del cuento de la Cenicienta o con episodios del Patito Feo.Y en la segunda y última anotación del partido, un elevado de sacrificio de Encarnación permitió anotar a Jeff Conine desde tercera para poner números definitivos de 2-0 al partido.
"La situación que se me presentó me hizo concentrarme bien. Sabía que tenía que impulsar la carrera y buscaba chocar la pelota lo suficientemente bien para ponerla en el aire en los jardines. El pensamiento pudo ser puesto en práctica y tuve éxito", manifestó Encarnación.El (Posada) dejó el home plate abierto", comentó después González. "Sabía que la jugada iba a ser cerrada. Pero dejó el home plate abierto. Esperé que tratara de tocarme y entonces puse mi mano allí".
Por su parte Castillo comentó: "Yo sólo buscaba hacer contacto sólido con la pelota. La oportunidad se presentó, quería aprovecharla, no defraudar a mis compañeros y gracias a Dios lo logré".Pero contado así parece simple.
En realidad González, que corría desde segunda, hizo un deslizamiento espectacular en la goma al acariciarla apenas con los dedos de su mano izquierda mientras escapaba a la mascota del receptor boricua Jorge Posada, quien se adelantó para recibir el tiro del jardinero derecho mexicano Karim García.En un día en que los Yankees disputaban en su propio estadio su juego 100 en Clásicos de Otoño, durante la Serie Mundial del Centenario, los Marlins abrieron el marcador en la quinta entrada con un sencillo impulsor de Castillo, quien bateaba en 3-2 con dos outs.Pero entre ellos hubo contribuciones fundamentales de los dominicanos Luis Castillo y Juan Encarnación, los puertorriqueños Iván "Pudge" Rodríguez y Mike Lowell, y los venezolanos Miguel Cabrera, Alex González y Ugeth Urbina.Los peces aguja tuvieron muchos héroes en una Serie en que se impusieron por 4-2 al equipo con la mayor nómina en el béisbol (calculada en más de 150 millones de dólares), los Yankees de Nueva York.La victoria empujo a decenas de miles de seguidores del equipo a las calles de ciudades del condado de Miami-Dade, que celebraron el triunfo hasta altas horas de la madrugada con cacerolazos o haciendo sonar bocinas de barcos y de automóviles.Miami, que aspira a ser la capital comercial de las Américas, se convirtió primero en la del béisbol profesional del mundo cuando los Marlins de Florida, con gran ayuda de sus jugadores latinoamericanos, ganaron la Serie Mundial.