El día que pudo firmar su pase a octavos y enderezar un camino de curvas, el Real Madrid se empeñó en complicar una temporada repleta de altibajos, cayendo derrotado de nuevo ante el Shakhtar (2-0), pagando cara su falta de pegada y quedando a expensas de ganar en la última jornada al Gladbach, o conseguir un punto más que los ucranianos, para evitar un descalabro histórico.