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La objetividad y tu imagen

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La objetividad y tu imagen

La objetividad y tu imagen

Dra. Mayela Villarreal Reyes

No a todos les resulta fácil ser objetivos a la hora de elegir su imagen. Muchos se resisten a aceptar que en ocasiones las tendencias en boga no les favorecen porque físicamente no tienen los rasgos que les permitan lucir como les gustaría.

Para no pocas personas (quizá la mayoría) lo ideal es lucir a la moda, vestir según ‘lo último’ que impongan los grandes diseñadores, peinarse como aconsejen los estilistas de vanguardia.

Por lo mismo, con frecuencia olvidan el precepto tan repetido: “De la moda, lo que te acomoda”. Abundan los individuos que carecen de algo básico a la hora de arreglarse: objetividad. En consecuencia, aquí y allá vemos gente que parece haber sido asesorada por su peor enemigo, porque va por la vida usando prendas y estilos modernos que no le favorecen. Gran error.

Son varios los elementos que componen la imagen: entran en juego la complexión y estatura, el color de piel y de cabello, la forma del rostro. Debes evaluar cada uno con absoluta honestidad. Y es que las alternativas son realmente infinitas, pues las tendencias cubren todos los aspectos de tu exterior. Si sabes escoger lo mejor de ellas te verás fabuloso, pero si optas por dar más valor a tus preferencias que al innegable dictamen del espejo, estás en el camino al autosabotaje.

VIGILANCIA UNO: TU CUERPO

Un detalle clave para arreglarte con objetividad es reconocer tu cuerpo, cuál es tu constitución, forma y tamaño. La figura femenina y masculina tienen variantes con términos medios y extremos, como la gordura y la delgadez excesiva. Dada esta diversidad no puede esperarse que haya una moda ‘absoluta’ que les quede bien a todos, aunque por motivos comerciales se insinúa así.

Es por eso que paralelo a las tendencias, hay un estilo convencional al que siempre puedes recurrir si lo que entró en boga no va con tu tipo de cuerpo. Entonces, la base que te ayudará a lucir bien y saber si lo imperante en las pasarelas te favorece o no, es detectar tu complexión y partir de ahí para escoger un guardarropa capaz de realzar tu belleza, disimular tus lonjas o tus extremidades huesudas. Memoriza lo esencial:

-Cuerpo en triángulo invertido. Utiliza colores oscuros en la parte de arriba. Los neón que ahora están de moda te harán parecer más relleno y grueso. Los floreados están prohibidos para ti. No uses pantalones pegados parecerás un barquillo.

-En tonel o cilindro. Es una silueta con pocas curvas. Aquí hay que utilizar sacos largos, ropa ligeramente amplia, fresca, tipo hindú.

-Reloj de arena o forma de 8. Cuerpo proporcionado, amigo de casi todas las tendencias porque no presenta exageración ni en la cadera ni en el busto. Sin embargo las prendas notoriamente sueltas no le sientan muy bien, la vuelven ‘regordeta’, así que busca marcar la cintura.

-Triángulo o pera. Intenta llevar la atención hacia tus hombros o pecho; apóyate en escotes en V, redondos o cuadrados. Aléjate de las prendas a la cadera, acentúan el volumen.

-Redondo. Aunque hoy a muchos parece no importarles, la gente de constitución esférica sigue viéndose mal con la ropa entallada. En cambio hay opciones que estilizan.

VIGILANCIA DOS: TU PIEL

A lo largo de los años las modas han sido primero llamativas, luego sobrias y así sucesivamente. El color de tez que poseas siempre será elemental para saber si los tonos que vienen con cada temporada son para ti o no.

Lo básico a recordar: las personas de piel muy clara suelen ‘desaparecer’ con los colores pálidos y deben evitarlos, anteponer los vivos. Los morenos pueden aprovechar las variantes pastel y el blanco. Las pieles que tienden más al amarillo son combinables con rosa, rojo, lila, azul.

Pon atención: los tonos neón que estos días invaden los escaparates no son para todos, únicamente le van bien a pieles o muy oscuras o muy blancas, no a términos medios.

VIGILANCIA TRES: CABELLO Y ROSTRO

Hoy más que en otras épocas el cabello ha atraído una muy marcada atención en el mundo de la moda. Es increíble la variedad que existe tratándose de cortes para ambos sexos. Y ya no se trata de nacer con el pelo lacio o rizado, cada quien elige si quiere llevarlo de una u otra forma. Pero nuevamente, tratándose de cuál estilo y corte elegir, debes pensar no tanto en tus preferencias ni en lo que se está usando, sino en qué te queda mejor según la forma de tu rostro.

Si por ejemplo cobra apogeo el pelo muy pequeño en mujeres pero tú eres de cara redonda, lo chic del cabello pasará desapercibido frente a la enorme proporción que cobrará tu rostro. O si se está usando un peinado sin fleco y tu frente es amplísima, no debes perder de vista ese detalle.

Los colores son caso aparte. Antes los tintes se limitaban a una gama de rubios, castaños y rojos. Ahora la oferta es el arcoíris. Pero al seleccionar el producto debes considerar antes que nada tu tono de piel. Cada vez es más común ver a personas muy morenas (sobre todo mujeres) que se empeñan en teñirse el cabello de un rubio inverosímil, pese a que en definitiva su imagen sale perdiendo.

VIGILANCIA CUATRO: LOS EXTRAS

La finalidad de utilizar accesorios es dar un toque especial a tu outfit: realzar la vestimenta y algún aspecto de tu físico (como el color de tus ojos, lo fino de tu cintura, lo delicado de tus manos o cuello, etcétera). Nunca debes perder eso de vista. Es vital que seas equilibrado al escoger y usar cualquier tipo de accesorio, desde el tipo de bolsa hasta el armazón de tus lentes: tal vez los de pasta estén muy de moda pero si hacen que tu nariz se vea del doble de tamaño o tus facciones endurezcan, ¿no será mejor que escojas otros?

En el caso de las mujeres, no está de más mencionar un punto que puede parecer obvio: si el maquillaje del momento no combina con tu tez, ni lo compres.

VIGILANCIA CINCO: TU EDAD

Además del ámbito en el cual te mueves, la construcción de una apariencia objetiva incluye tomar en cuenta la edad que tienes. Lo que usas es tu decisión y no influye en el rendimiento que logres. Pero aunque en otros países hay mayor apertura en este renglón, en el nuestro la realidad todavía es que el look dictamina en gran medida qué tan en serio te toman los demás, y eso va tanto en lo profesional como en lo personal.

Debes ser consciente de que la generalidad de las tendencias se lanzan pensando en gente que tiene entre 15 y 30 años. Si rebasas la tercera década, lucirás más in con una imagen a la medida de tus características que con diseños planeados para individuos de menor edad, aun si has sido agraciado con un cuerpo atlético y una piel fabulosa. No te arriesgues a verte ridículo; lo diremos de nuevo: ¡sé honesto contigo mismo!

AD HOC A TI

¿Es importante que sigas la moda? Bueno, más relevante sería estar al tanto de qué ofrece ésta y a partir de ahí incorporar a tu apariencia aquello que le favorezca.

¿Cómo puedes asegurarte de ir por el camino correcto? Sencillo: párate frente al espejo. Mírate fríamente, es decir, olvida por un rato que se trata de ti, a fin de que detectes con imparcialidad tus puntos fuertes y tus debilidades. Un ejercicio interesante es vestirte como acostumbras salir normalmente y tomarte fotos o un video. Gira, adopta distintas poses: el propósito es contemplarte desde todos los ángulos posibles y observar qué haces bien y dónde no te ayudas. Y claro, efectuar ajustes a partir de esa observación.

Es difícil definir un estilo propio, porque constantemente somos bombardeados por seductoras campañas. Pero si realmente te interesa verte bien, debes aprender a anteponer la objetividad por encima de lo que dictan los anuncios.

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